Una coalición de socialdemócratas, libertarios y conservadores se unieron en Uruguay para dejar de ser un satélite del castrochavismo
Mamela Fiallo Flor/PanamPost
En medio de las brisas bolivarianas que acechan al continente americano, aparece una alternativa de cambio: Uruguay. Donde el candidato de centroderecha, Luis Lacalle Pou, se enfrentó en las urnas a Daniel Martínez, candidato del Frente Amplio y miembro del Grupo de Puebla, la versión actualizada del Foro de Sao Paulo.
Pese a haber logrado un resultado mayoritario, Lacalle aún aguarda que se confirme formalmente su victoria. Aunque las votaciones fueron el domingo 24 de noviembre, la fecha estimada en que se darán a conocer los resultados finales será este viernes 29 de noviembre. Una vez que se confirme, contará con el respaldo de líderes regionales como Jair Bolsonaro, presidente de Brasil que anunció su viaje al Uruguay solo si gana Lacalle.
Tras la primera vuelta electoral, en la que Lacalle ocupó el segundo lugar, quienes se enfrentan a la izquierda castrochavista decidieron respaldarlo, lo que le permitió derrotar en el balotaje al partido de Gobierno. En orden, de acuerdo a la cantidad de votos que obtuvo cada candidato en las elecciones primarias, la «coalición multicolor» que se conformó el 5 de noviembre, está compuesta por líderes opositores del Partido Nacional, Partido Colorado, Cabildo Abierto, Partido de la Gente y Partido Independiente. Juntos firmaron el documento Compromiso de país. Su objetivo: sacar al Frente Amplio del Gobierno.
La tercera fuerza, después del Frente Amplio y el Partido Nacional, es el Partido Colorado, cuyo candidato presidencial fue Ernesto Talvi, quien obtuvo el 12 % de los votos en la primera vuelta. Tiene en su interior a la Agrupación Libertad, formada por libertarios que fomentan el emprendimiento por medio del libre mercado en un país tan sindicalizado como Uruguay. Fueron los diputados de este partido quienes se pusieron de pie y se retiraron cuando el partido de gobierno le hizo un homenaje al Che Guevara en el aniversario de su muerte.
Por otro lado, la cuarta fuerza política de Uruguay, Partido Cabildo Abierto, que también hace parte de la coalición, surgió en rechazo a la suplantación de los ídolos nacionales, reemplazados por los íconos del internacionalismo socialista, pues el día que históricamente se honra al general Artigas, libertador del Uruguay, fueron homenajeados el Che y Hugo Chávez.
«El referente ideológico del Partido Cabildo Abierto es el ideario artiguista, es decir, el conjunto de ideas que emanan de los documentos firmados por nuestro Prócer en la década en la que fue protagonista de nuestra Historia», reza la Carta de Principios de la cuarta fuerza política de Uruguay.
Cabildo Abierto, cuyo líder es el general retirado Guido Manini Ríos, lleva apenas cinco meses de existencia y obtuvo el 11 % de los votos en la primera vuelta electoral. Dicho número le permitió obtener representación parlamentaria y ahora Manini es senador, al igual que su esposa, quien fue diputada distrital del Partido Nacional, hoy presidido por Lacalle Pou.
Una vez confirmado que Lacalle Pou pasó a segunda vuelta, Manini fue personalmente de ciudad en ciudad recaudando votos para quien fue su competidor y ahora es su aliado.
Aunque el Partido Nacional ha sido históricamente más conservador, Lacalle Pou ha declarado ser progresista. Frente a lo cual Manini Ríos ofrece un contrapeso con el cual deberá negociar.
En vista que la agenda del Grupo de Puebla es abiertamente progresista, la coalición de centro-derecha deberá decidir si abrazar parte de la «agenda enemiga» o hacerle el contrapeso necesario desde diferentes frentes.
Ahora Lacalle Pou deberá mostrar que no cometerá los mismos errores de su vecino Mauricio Macri, que buscó empatizar con el progresismo y perdió buena parte de sus votantes en el camino, o si se afirmará en una posición más cercana a lo que pregona Bolsonaro en Brasil, liberal en lo económico, conservador en lo cultural.
Por el momento, los matices pasarán a segundo plano, la primera prioridad es derrotar a la izquierda castrochavista, deseo que la mayoría de los uruguayos manifestaron en las urnas.
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