La UE ha acusado a Rusia de estar detrás de una campaña de desinformación y de lanzar teorías conspirativas sobre la pandemia del coronavirus con el fin de generar confusión y de dañar al club comunitario en medio de la crisis.
Desde el inicio de la emergencia sanitaria, la UE ha detectado un incremento de noticias erróneas y bulos generados desde fuera de la UE, en su mayor parte desde Rusia, o desde medios vinculados con el Kremlin. «Quienes propagan la desinformación están jugando con la vida de la gente. Eso tiene que ser tenido en cuenta por los usuarios, por los proveedores de noticias y por las plataformas que las distribuyen», ha asegurado el portavoz del Servicio de Acción Exterior de la UE (SEAE), Peter Stano.
En respuesta, las instituciones comunitarias han aumentado la tarea de vigilancia para identificar información falsa en Internet y señalar a los autores, con el objetivo de evitar que «la situación actual se usa con malas intenciones», ha indicado este portavoz.
Con esta estrategia Moscú busca generar «pánico» y transmitir la imagen de que las instituciones pueden «colapsar» en cualquier momento, ha insistido el departamento de Exteriores de la UE, que explica que el objetivo del Kremlin es socavar la confianza de los ciudadanos en sus sistemas de salud y, en última instancia, en sus autoridades nacionales y en las instituciones internacionales.
De acuerdo a este planteamiento, los medios de comunicación afines al Kremlin no tratan de «vender una idea» sobre el coronavirus sino de «confundir» a la audiencia a través de la difusión de «hechos alternativos» sobre esta crisis. «El espacio informativo queda entonces lleno de mentiras. Una niebla de bulos termina tapando a los hechos y ocupando los ‘vacíos’ en esta crisis», ha resumido una publicación de East Stratcom, un equipo del SEAE dedicado a la comunicación proactiva de las políticas de la UE en Rusia y la exrepúblicas soviéticas.
Según ha denunciado, la desinformación rusa trata de generar discordancia en medio de la crisis sanitaria ofreciendo distintas versiones, explicaciones, filtraciones y revelaciones sensacionalistas. Pone como ejemplo que medios afines al Kremlin han publicado artículos en los que minimizaban la gravedad del coronavirus y aseguraban que era menos letal que una gripe, seguidos de otros en los que se vaticinaba un futuro apocalíptico ante la «marcha triunfal» del virus por el planeta.
Sobre las teorías conspirativas, la UE acusa a Rusia de alentar ideas como que la pandemia era un arma biológica desarrollada por Estados Unidos, Reino Unido y la oposición bielorrusa, o que la situación estaba siendo exagerada por laboratorios farmacéuticos para hacer negocio.
Por ello, la UE ha reiterado su petición para parar la propagación de esta información falsa y ha pedido extremar el higiene y permanecer en casa y respetar las restricciones para frenar el virus. Las últimas cifras sobre la pandemia señalan que hay 198.000 personas contagiadas y más de 7.900 personas fallecidas en todo el mundo.
En las últimas semanas, el Ejecutivo comunitario se ha reunido con plataformas digitales como Google y Facebook para tratar el auge de las noticias falsas sobre el coronavirus y estudiar cómo estos espacios digitales pueden penalizar o, incluso, borrar el contenido falso y promover las noticias rigurosas.
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