Las autoridades de Costa Rica informaron este martes que permitirán en los próximos días el ingreso desde Panamá de unos 2.600 migrantes aparentemente africanos y haitianos, ante la imposibilidad de ese país de contener el flujo.
«Ante notificación de las autoridades panameñas de la nula posibilidad de contener el flujo migratorio de las 2.600 personas extraregionales que permanecen en su país, quienes ingresan vía terrestre y marítima, la Dirección General de Migración y Extranjería, en conjunto con la CNE y el Ministerio de Salud, han determinado definir un proceso de ingreso específico para estos migrantes», indica un comunicado oficial.
La Dirección de Migración detalló que los migrantes serán entregados por su par panameña en la frontera de Paso Canoas (sur de Costa Rica) y desde allí serán trasladados en autobuses hasta un albergue ubicado en La Cruz, provincia de Guanacaste (norte), cercana a la frontera con Nicaragua.
Panamá deberá entregar certificados de la salud de los migrantes y Costa Rica no permitirá el ingreso de personas con síntomas respiratorios, como medida ante la pandemia del coronavirus COVID-19.
De todos modos, Costa Rica revisará el estado de salud de los migrantes y les dará seguimiento en el albergue.
El albergue en La Cruz funciona desde el 2016 cuando hubo una oleada de unos 30.000 migrantes cubanos, haitianos y africanos que buscaban cruzar el continente para llegar a Estados Unidos, y quienes lograron avanzar en su ruta mediante puentes aéreos tras meses varados debido a que Nicaragua no les permitió el paso por su territorio.
Desde entonces el albergue ha seguido recibiendo flujos de estos migrantes, aunque en proporciones más pequeñas.
La Dirección de Migración indicó que cuando los migrantes se encuentren en el albergue de La Cruz «como ha sido lo normal (con los flujos recibidos antes), buscarán las rutas para salir del país, ya que su interés primordial no es permanecer en Costa Rica».
«Debemos recordar que, en el 2016, la frontera sur se vio muy afectada por el ingreso masivo de migrantes africanos y haitianos, teniendo aglomeraciones de hasta 2.600 personas en la línea fronteriza. Ante la emergencia por el COVID-19, no podemos permitir repetir esa situación, y debemos prevenir y evitar a través de las coordinaciones bilaterales, el libre tránsito de estos migrantes por el país», dijo la directora de Migración costarricene Raquel Vargas.
Costa Rica mantiene sus fronteras cerradas al ingreso de extranjeros desde la semana pasada debido a la pandemia del coronavirus COVID-19, por lo que el anuncio hecho este martes es una excepción.
DENUNCIA
El cambio de opinión por parte de las autoridades fue denunciado por el diputado liberacionista Gustavo Viales, quien criticó que el gobierno aplique el decreto de emergencia nacional de manera selectiva.Audio Pla.
De acuerdo con Migración, se coordinó con la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) para brindar transporte vía terrestre a los extranjeros, evitando así que estas personas se desplacen por sus propios medios hasta la frontera norte.
No obstante, Viales advirtió que la situación será analizada en la Asamblea Legislativa, y se tomarán acciones legales en caso de ser necesario.
Entre enero y la primera quincena de marzo ingresaron a Costa Rica más de 4700 migrantes extracontinentales, en su mayoría africanos, de acuerdo con datos de Migración.
La institución indicó que se referirá a lo sucedido en las próximas horas.
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