Los países centroamericanos han reaccionado de manera muy diferente a la pandemia. Tal vez los dos extremos de esta región sean El Salvador y Nicaragua: a mediados de marzo, el mismo día que la Asamblea Legislativa de El Salvador le aprobaba al Gobierno una declaración de emergencia y una ley que suspendía los derechos al libre tránsito y a reunirse pacíficamente para controlar la pandemia, el gobierno de Nicaragua hacía una marcha con empleados públicos y simpatizantes bautizada como “Amor en tiempos del Covid 19”, y anunciaba que no cerraría fronteras ni suspendería actividades y daba la bienvenida al turismo.
Una semana después, el presidente salvadoreño Nayib Bukele decretaba cuarentena obligatoria en todo el territorio y Nicaragua registraba ya sus primeros casos positivos. El país más afectado de la región es Panamá, que tiene actualmente 989 casos, seguido por Costa Rica, que registra a la fecha 314 casos. Costa Rica tiene un sistema sanitario del que siempre se ha enorgullecido, pero el impacto de la crisis en el turismo, una de sus principales fuentes de ingresos, preocupa al gobierno, que ha propuesto un recorte al gasto público y un “impuesto solidario” a los salarios más altos para socorrer a las familias más golpeadas por la crisis, el cual ha sido duramente por la opiniòn pùblica y diversos medios de prensa, en vista del alto nivel de desempleo y endeudamiento interno.
CARIBE
República Dominicana cuenta ya 859 contagios de Covid-19, más que ningún otro país de la región Caribe. Desde la semana pasada, el país vive en toque de queda. Y este viernes, el presidente Danilo Medina endureció las condiciones de la restricción: nadie podrá salir a la calle desde las 5 de la tarde hasta las 6 de la mañana, por lo menos hasta el 3 de abril. En Cuba, el Gobierno puso en cuarentena esta semana a los más de 30.000 turistas que quedaban en la isla. Suspendió excursiones y actividades y trasladó a hoteles a los visitantes que se hospedaban en casas particulares. La isla cuenta 139 contagios y tres muertos.
Puerto Rico vive en semicuarentena desde hace casi ya diez días. La gobernadora Wanda Váquez ordenó el cierre de la mayoría de locales comerciales, menos supermercados, farmacias, restaurantes que sirvan a domicilio, gasolineras y bancos. También hay toque de queda desde las 9 de la noche. La isla cuenta 100 contagios de Covid-19 y tres muertos.
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