Con transparencia y diligencia el gobierno de Taiwán ha evitado muchos problemas
Por: Javier Caramés Sanchez y William Hongsong Wang
Como demuestra la escuela austriaca de economía en la teoría de cálculo del socialismo, ningún organismo de planificación central tiene la capacidad de organizar la sociedad sobre la base de mandatos coercitivos. La razón principal es que el planificador central es incapaz de obtener toda la información necesaria para organizar la sociedad de esta manera, ya que la información tiene cualidades subjetivas, creativas, dispersas y tácitas. Este principio es plenamente aplicable a la contención de una pandemia.
La responsabilidad individual junto con la transparencia de la información son cruciales para detener una pandemia. Taiwán argumenta muy bien la forma en que el individualismo y la cooperación voluntaria funcionan eficazmente para resistir la pandemia de coronavirus.
Cerca del territorio continental chino, pero relativamente pocas personas infectadas
En este momento en Taiwán, la infección ha sido completamente contenida a pesar de ser uno de los países con mayor riesgo de sufrir una pandemia, dado que la República de China (ROC) está muy cerca del territorio continental chino (la República Popular China (RPC)). Hasta enero había vuelos entre la capital de Taiwán, Taipei, y el epicentro de Wuhan, China. Sin embargo, hasta el 21 de marzo sólo había 153 infectados, al mismo tiempo que Europa, lejos del continente chino, tiene más de diez mil afectados por el coronavirus. Sin embargo, en Taiwán y otras partes de Asia, incluyendo Singapur y Hong Kong, no se ha aplicado hasta ahora ninguna cuarentena o contención masiva obligatoria.
¿Cómo lo ha conseguido Taiwán?
Transparencia
La primera causa del éxito de Taiwán es la transparencia de la información, que detuvo el rápido crecimiento de la infección. La contención en Taiwán se ha llevado a cabo con una transparencia relativamente alta. Ya el 31 de diciembre del año pasado el Ministerio de Salud y Bienestar de Taiwán comenzó a tomar en serio el posible peligro de la neumonía de Wuhan, informando a los ciudadanos todos los días sobre las tendencias de la infección y la situación que se estaba desarrollando.
La información proporcionada por las autoridades de Taiwán también incluía si los infectados en Taiwán contrajeron la enfermedad a partir de insumos del extranjero, lo que ayuda a las personas a tomar medidas para protegerse de manera oportuna. En las frecuentes ruedas de prensa, el Gobierno de Taiwán ofrece diferentes opciones y recomendaciones que las personas pueden optar por adoptar voluntariamente, pero que no se imponen de manera coercitiva.
La abundante información proporcionada continuamente ha permitido a las personas tomar sus propias decisiones, informadas y equilibradas en condiciones de incertidumbre. En cambio, los gobiernos de los países de la Unión Europea reaccionaron lentamente y hasta febrero no proporcionaron suficiente información sobre la posible pandemia, lo que hizo que la situación fuese difícil de manejar.
Adopción de decisiones voluntarias y cooperación entre particulares y el sector privado
El tipo de cuarentenas establecidas por el gobierno de Taiwán son en su mayoría auto-cuarentenas. El gobierno taiwanés reconoce que es crucial depender de las acciones voluntarias de la gente para resistir la pandemia. Como hemos señalado anteriormente, la mayoría de los casos de contagio en Taiwán proceden del exterior y casi siempre se detectan en la frontera. La autoprotección voluntaria de los taiwaneses está suprimiendo eficazmente la propagación del coronavirus en su país, y las cuarentenas forzadas suelen ser para los casos más graves, por ejemplo, los taiwaneses infectados evacuados del territorio continental chino.
Uno de los problemas del coronavirus ha sido el mantenimiento del equilibrio entre la actividad económica y la contención de la infección. A este respecto, a diferencia de lo que hacen los países de Europa meridional, como Italia y España, la política del Gobierno de Taiwán es no adoptar medidas preventivas para detener el brote impidiendo las actividades económicas. Tomando como ejemplo las escuelas, el comienzo del curso se retrasó en un principio dos semanas. Actualmente la política de las escuelas es tomar la temperatura de los estudiantes, profesores y trabajadores. Si se detectan fiebres, se suspenden las clases en esa escuela, pero no se producen suspensiones masivas de clases. Al mismo tiempo, se está fomentando la enseñanza virtual, pero no está siendo forzada por el gobierno. En muchas universidades taiwanesas, se está promoviendo la enseñanza en línea para permitir que aquellos que no pueden asistir a clase en persona puedan tomar los cursos. Si bien es cierto que la educación en línea, como forma de evitar infecciones ,ya ha sido adoptada en otros países, la peculiaridad de Taiwán radica en que no ha sido impuesta por orden del gobierno. No todo el mundo está obligado a estudiar en línea o a teletrabajar, pero se le ha animado mucho a hacerlo.
La transparencia de la información del gobierno también ha dado a las empresas taiwanesas el tiempo necesario para prepararse voluntariamente y adoptar el teletrabajo de forma progresiva. Otros países, en cambio, cerraron repentinamente muchas empresas por órdenes obligatorias del gobierno, como lo hizo España el 13 de marzo, sin dar a las empresas y sus trabajadores tiempo para prepararse para la cuarentena.
El gobierno taiwanés está controlando la propagación de la infección con políticas flexibles, que dejan mucho espacio para que los individuos tomen la iniciativa y tomen sus propias decisiones. Cada individuo puede tomar las medidas más apropiadas según su situación, teniendo sus propios incentivos para ser cautelosos. Asimismo, el hecho de que se haya advertido a los ciudadanos de Taiwán desde el principio de la infección ha creado una conciencia generalizada para hacer los preparativos necesarios y ha dado a los ciudadanos tiempo suficiente para asumir que deben hacer cambios en sus vidas para evitar ser infectados.
Esta flexibilidad en las políticas de contención y transparencia ha dado lugar a un alto grado de responsabilidad individual. Prueba de ello es no sólo la tendencia de la población a llevar máscaras que la población taiwanesa, que puede observarse en cualquier medio de comunicación, sino también la adopción de nuevas formas de continuar las actividades cotidianas para evitar el contagio.
Los sectores privados también han tomado medidas rápidas para proteger a sus clientes. La mayoría de los edificios residenciales tienen al menos un dispensador de alcohol etílico para que todo el que entre pueda desinfectarse las manos. Por ejemplo, el alcohol etílico ha estado disponible en los coches Uber desde hace varias semanas.
Para concluir, con transparencia y diligencia el gobierno de Taiwán ha evitado muchos problemas. La clave es que el gobierno y el pueblo taiwaneses entiendan que la responsabilidad y las acciones del individuo son esenciales para suprimir la pandemia de coronavirus, no un cierre masivo obligatorio. Esto es lo que el mundo necesita aprender.
Sobre los autores
Javier Caramés Sánchez es candidato a doctorado en literatura china en la Universidad Nacional de Taiwán y profesor de español que vivió en Taiwán durante más de siete años. Recibió una maestría en Filología Clásica en la Universidad de Salamanca, España, y otra en Literatura China en la Universidad Nacional de Taiwán.
William Wang es candidato a doctor en economía en la Universidad Complutense de Madrid, España. Recibió su maestría en economía austriaca en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, España.
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