El estado de salud de Andrea Circle por el COVID-19 se agravó y tuvo que ser puesta en una cama con ventilador; dio a luz vía cesárea
Este martes, el Buró Federal de Prisiones de Estados Unidos registró el primer deceso de una reclusa mujer a consecuencia del COVID-19.
Andrea Circle Bear, de 30 años de edad, se encontraba recluida en la cárcel de la ciudad de Winner, Dakota del Sur, por operar un local involucrado en drogas.
El 20 de marzo fue trasladada al Centro Médico Federal Carswell en Fort Worth, Texas.
Ocho días después fue trasladada a un hospital local ante “posibles preocupaciones con respecto a su embarazo“.
El Buró Federal de Prisiones de EE.UU. detalló en un comunicado que Andrea Circle fue dada de alta el mismo día y reingresada a CMF Carswell, sin embargo, el 31 de marzo presentó fiebre y tos seca que la llevaron de regreso al hospital.
La condición de la mujer se agravó y tuvo que ser colocada en una cama con ventilador. El 1 de abril su bebé nació vía cesárea y el día cuatro se confirmó que padecía COVID-19.
Debido a una afección médica preexistente que agravó el coronavirus que padecía, Circle Bear murió este martes 28 de abril.
Actualmente, el CMF Carswell alberga a mil 625 mujeres delincuentes, sin que se sepa si alguna otra reclusa se contagió de COVID-19.
Andrea Circle se convirtió en la primera mujer reclusa en morir por el nuevo coronavirus y la víctima mortal número 29 de todo el sistema de prisiones estadounidense.
Hasta el momento, mil 700 reos en Estados Unidos han dado positivo a COVID-19 y 400 se han recuperado de manera satisfactoria.
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