El presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció la intervención de Vicentín, una de las principales empresas procesadoras y exportadoras de granos y derivados del país, así como un proyecto para expropiarla.
El presidente argentino, Alberto Fernández, dijo en un anuncio en la sede del Ejecutivo el lunes (8.06.2020) que se trata de una «operación de rescate de una empresa de magnitud en el mercado agrícola».
Vicentín había solicitado en febrero último la apertura del concurso preventivo de acreedores, tras incumplir pagos a proveedores a finales del año pasado.
«Ésta es una empresa que está en concurso preventivo, camino a la quiebra. No es una empresa próspera que se nos ocurrió expropiar», dijo Fernández.
El jefe de Estado aseguró que todos los trabajadores del grupo mantendrán sus empleos y llevó una mensaje de «tranquilidad» a los 2.600 productores agropecuarios que venden sus granos a la empresa y que se vieron afectados por el cese de pagos.
«Estamos tomando una decisión estratégica para la economía nacional», subrayó Fernández, quien alegó que la medida permitirá «lograr una soberanía alimentaria que el país necesita», particularmente por la relevancia que tendrá la producción de alimentos en la «postpandemia» del COVID-19.
Cosecha de soja en Argentina.
Intervención, expropiación y rol de YPF
El presidente anunció que Gabriel Delgado, experto en economía agropecuaria, será el interventor del grupo empresarial, fundado en 1929 en la provincia argentina de Santa Fe, en el corazón del área productora y exportadora de granos de Argentina.
Además de decretar la intervención, Fernández anunció el envío al Parlamento de un proyecto que declara a Vicentín de utilidad pública con fines de expropiación por parte del Estado.
El mandatario explicó que todos los activos del grupo Vicentín pasarán a formar parte de un fondo fiduciario que será administrado por YPF Agro, una subsidiaria de la petrolera YPF, bajo control del Estado argentino.
Empresa «testigo»
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, resaltó la importancia de que el Estado cuente con una empresa «testigo» tanto en el mercado de granos como en el de cambios, ya que la exportación de cereales, oleaginosas y derivados es una de las principales fuentes de divisas de Argentina y las operaciones de este tipo tienen impacto directo en el mercado cambiario.
«Tener una empresa testigo en el mercado de cereales es muy importante para una planificación estratégica en esta materia», añadió Alberto Fernández.
La compañía se dedica a la producción y exportación de aceites de soja y girasol y de harina de soja, procesamiento de algodón, producción de biodiesel, jugo concentrado de uva, vinos, acopio y exportación de miel y carnes.
Tiene activos, además de en Argentina, en Uruguay, Brasil y Paraguay.
Además es socia de la suiza Glencore en la firma Renova, dedicada a la molienda de granos.
Al solicitar el concurso preventivo en febrero, la empresa dijo que necesitaba reestructurar sus deudas -el estatal Banco Nación es uno de los principales acreedores- por encontrarse en una situación de «estrés financiero» por el impacto de las crisis recurrentes y el incremento permanente de los costes en Argentina.
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