Robert O’Brien, el asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, y Christopher Wray, el director del FBI, destacaron en los últimos dos días la amenaza planteada por el Partido Comunista Chino (PCCh) y ambos ofrecieron un panorama de los últimos esfuerzos de la administración para contrarrestar al régimen.
O’Brien, en un discurso pronunciado ante un grupo de líderes empresariales de Arizona, dijo que Estados Unidos ya no será pasivo en el trato con China, y agregó que sus comentarios serán el primero de varios discursos que desafiarán a China en las próximas semanas.
También se espera que el secretario de Estado Mike Pompeo y el fiscal general William Barr, así como otros altos funcionarios de la administración, pronuncien discursos sobre este tema, dijo.
“Los días de pasividad e ingenuidad estadounidenses con respecto a la República Popular de China han terminado”, dijo O’Brien en Phoenix el 24 de junio.
“Estados Unidos, bajo el liderazgo del presidente Trump, finalmente se ha dado cuenta de la amenaza de las acciones del Partido Comunista Chino y la amenaza que representan para nuestra gran forma de vida”.
O’Brien dijo que Estados Unidos dio la bienvenida a China a la Organización Mundial del Comercio en 2001 con “vastas concesiones y privilegios comerciales” mientras minimizaba “los graves abusos contra los derechos humanos de China” y se hacía de “la vista gorda ante el robo de tecnología generalizado de China que destripó a sectores enteros de la economía estadounidense“.
“A medida que China se hizo más y más fuerte, creíamos que el Partido Comunista Chino se liberalizaría para satisfacer las crecientes aspiraciones democráticas de su pueblo”, dijo O’Brien. “Esta fue una idea audaz y, por esencia, estadounidense. Nació de nuestro optimismo innato y de la experiencia de nuestro triunfo sobre el comunismo soviético. Desafortunadamente, también resultó ser muy ingenuo”.
O’Brien ofreció una lista de actividades chinas que, según él, estaban destinadas no solo a reprimir a sus propios ciudadanos, sino a influir en los estadounidenses. Él puntualizó al decir que no estaba atacando al pueblo chino, sino al Partido Comunista Chino.
Mientras tanto, Wray reveló que la oficina tiene actualmente más de 2000 investigaciones activas que rastrean al PCCh. Le dijo a Fox News que durante la última década ha habido un aumento de aproximadamente 1300 por ciento en las sondas de espionaje económico con vínculos al régimen chino.
El director del FBI también acusó al PCCh de tratar de interferir en la política estadounidense y de espiar a las 100 compañías de Fortune, las 100 compañías más importantes del país según la clasificación de sus empleados.
“No hay país que presente una amenaza más amplia e integral a la innovación de Estados Unidos, a nuestra seguridad económica y a nuestras ideas democráticas que China”, dijo al medio el 24 de junio.
Wray también dijo que la oficina está “abriendo una nueva investigación de contrainteligencia que se vincula con China cada 10 horas”.
Bajo Trump, Estados Unidos impuso restricciones a la tecnología de semiconductores de EE.UU. para evitar que vaya a Huawei y limitó la capacidad del Ejército Popular de Liberación de usar programas de visas de estudiantes para ubicar a sus agentes en colegios y universidades estadounidenses.
El autor y experto en China Gordon Chang dijo que Estados Unidos finalmente “se está volviendo más realista sobre China”.
“Ellos están comenzando a comprender el desafío fundamental que Beijing plantea a la sociedad estadounidense”, dijo Chang a The Epoch Times.
“Siempre ha existido la esperanza de que China se integre al sistema internacional, pero recientemente ha quedado claro que se está moviendo en la dirección equivocada—que se está volviendo hostil, provocativo, beligerante y agresivo”, dijo. “Necesitamos escuchar a un funcionario estadounidense decir que es política de Estados Unidos poner fin al gobierno del Partido Comunista”.
El Pentágono decidió recientemente emitir una lista de compañías chinas de propiedad o bajo control del ejército chino. Según una ley de 1999, el Pentágono recibió el mandato de dar designaciones a cualquier empresa “propiedad o controlada” por el Ejército Popular de Liberación (EPL) de China que se dedique a proporcionar servicios comerciales, fabricación, producción o exportación.
La administración Trump es la primera administración estadounidense en tomarse en serio el alcance de la amenaza del PCCh, dijo a The Epoch Times Peter Huessy, presidente de GeoStrategic Analysis, una firma consultora de defensa y seguridad nacional.
Las compañías en esa lista incluyen al gigante tecnológico Huawei; los operadores móviles China Mobile y China Telecom; el fabricante de vagones CRRC; el fabricante de videovigilancia Hikvision; las empresas de construcción naval CSIC y CSSC; la empresa aeroespacial AVIC; la empresa de defensa Norinco; y la empresa de almacenamiento en la nube y centro de datos Inspur.
Frank Gaffney, exsubsecretario de defensa para la política de seguridad internacional durante la administración Reagan, dijo a The Epoch Times que el anuncio del Pentágono “es un acontecimiento muy significativo”.
“Es impactante, creo que para el estadounidense promedio que tengamos el complejo industrial militar chino activo en Estados Unidos de América”, dijo. “Uno no podría imaginar qué están haciendo aquí”.
Gaffney, quien es vicepresidente del Comité sobre el Peligro Presente: China, dijo: “Ya no podemos ignorar estas indicaciones muy, muy ominosas de las intenciones malignas del Partido Comunista Chino hacia Estados Unidos”.
Otra preocupación es Huawei, el gigante chino de las telecomunicaciones que muchos en Washington consideran una amenaza a la seguridad nacional.
Keith Krach, subsecretario de estado para el Crecimiento Económico, la Energía y el Medio Ambiente de EE.UU., dijo el 25 de junio que Estados Unidos puede ayudar financieramente a otros países para que puedan comprar a proveedores occidentales, en lugar de Huawei.
Washington está presionando a los aliados europeos y otros para excluir a Huawei, a medida que se actualizan las redes 5G. Huawei niega que facilite el espionaje chino o que esté controlado por el gobernante Partido Comunista.
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