Por: Mamelia Fiallo /Redacciòn
«¡Fascistas fuera de aquí!», fue una de las tantas amenazas gritadas y pintadas contra los políticos en el país vasco.
Generalmente los partidarios del comunismo llaman «fascistas» a sus adversarios por el enfrentamiento histórico entre ambos bandos socialistas. Sin embargo, los postulados de Vox en nada se asemejan al fascismo. Dicho por el propio ideólogo del fascismo, Benito Mussolini: «Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado».
Lo opuesto a lo propuesto por Vox, el partido promotor del pin parental que permite a los padres elegir la educación de sus hijos, es un sistema centralizado e ideologizado como pretende el oficialismo de la mano el PSOE y Podemos.
En el plano económico Vox propone que al 100 % de los trabajadores se les baje los impuestos, que el 93 % de los trabajadores no tengan que hacer la declaración de la renta, porque las retenciones van a ser liberatorias y se van a simplificar; plantea un tipo máximo del 22 % para la mayoría de los trabajadores, que la parte exenta sea el doble y que el tipo máximo que se pague sea del 30 %. También promete la rebaja al impuesto de sociedades al 22 % y la eliminación de los impuestos injustos, como sucesiones, patrimonio, etc.
El Instituto Mises, en la presentación del libro ‘Fascismo versus Capitalismo de Lew Rockwell’, sostiene que «Fascismo» se ha convertido en un término de escarnio y reprensión que se lanza despreocupadamente en dirección a cualquier cosa que disguste. Exalta cómo incluso los libertarios, a quienes llama la epítome del antifascismo, son calificados como fascistas de vez en cuando.
Advierte que el fascismo es un concepto real, no una vara con la que atizar arbitrariamente a los oponentes. Y cómo el abuso de esta palabra tan importante socava su valor real como expresión que se refiere a un fenómeno muy real y cuyo espíritu todavía pervive.
Concluye que el fascismo es una ideología específica basada en la idea de que el Estado es la organización ideal para realizar el potencial económico, social e incluso espiritual de una sociedad y de un individuo.
Y eso se asemeja mucho más a los postulados de los nacionalistas y separatistas de izquierda que atacan a Vox, que a los atacados.
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