A medida que Estados Unidos empieza a comprender a China como un adversario, en vez de un competidor, la contienda entre las dos potencias empieza a recibir una nueva interpretación.
Los delegados de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China escucharon el 24 de junio declaraciones sobre “la visión china de la competencia estratégica con Estados Unidos”.
Diversos expertos ofrecieron recomendaciones para los formuladores de políticas, entre ellas la aplicación de un principio de reciprocidad en los medios de comunicación chinos, la mejora de las capacidades tecnológicas de la Marina de EE.UU., así como enfrentar la manipulación china, que redefine los derechos humanos y los valores universales, en las instituciones internacionales donde tiene influencia.
Reciprocidad y mentalidad de la guerra fría
El periodista y autor John Pomfret dijo que el líder del partido comunista chino Xi Jinping ha “explotado profundamente las opiniones sobre Estados Unidos”.
Esas opiniones, en parte, explican la determinación de Xi, que ha puesto a China en una “competencia estratégica a gran escala con Estados Unidos”, dijo Pomfret.
Esa competencia, “en una amplia gama de campos”, es evidencia, dice Pomfret, de la mentalidad y el comportamiento tipo ‘Guerra Fría’ de China, en la que el gobierno chino entró “años antes de que un gran porcentaje de estadounidenses comenzara a preocuparse por el desafío estratégico presentado por China”.
Irónicamente, es China la que acusa regularmente al mundo occidental de pensar en la Guerra Fría, “particularmente a los estadounidenses”, dijo Pomfret.
Pomfret aconseja al gobierno de Estados Unidos “que busque mucha más reciprocidad en sus relaciones con China que [como lo hacía] antes”.
Y cuando el PCCh no esté dispuesto a corresponder en la relación, Estados Unidos debería simplemente dejar que esos aspectos “se hundan”, dijo.
Un área clave en la que Estados Unidos “debe” exigir reciprocidad a China es la que concierne a los medios de comunicación, instó Pomfret.
“Si China no está dispuesta a permitir que los reporteros estadounidenses trabajen en China, el gobierno de Estados Unidos debe contemplar pedirles a todos los reporteros chinos en Estados Unidos que se vayan. Si China continúa bloqueando los sitios web de las compañías de medios estadounidenses en China, Estados Unidos debería considerar cerrar las operaciones de los medios de comunicación financiados por China en Estados Unidos”, aconsejó Pomfret.
Valores universales
Las Naciones Unidas son un campo de batalla emergente para la influencia [de ambas naciones]. Por los intentos de China de “alejarla de sus principios fundacionales”, China está tratando de usar a la ONU como “un vehículo para avanzar en sus objetivos de política exterior”, dijo Kristine Lee, del Center for a New American Security.
El PCCh está utilizando a la ONU para “hacer que el mundo sea seguro para el PCCh”, agregó.
En las Naciones Unidas y entre las diversas agencias del organismo trasnacional, China está tratando de “endurecer su retórica contra los países, las ONG e, incluso, los activistas políticos individuales que [la] desafían”, al tiempo que promueve sus propios ONGOG (organizaciones no gubernamentales organizadas por el gobierno) que están de acuerdo con sus intereses, dijo Lee.
Una de las estrategias clave de China es socavar el concepto de “valores universales” de los derechos humanos con el fin de “justificar el desprecio por los reclamos individuales o minoritarios”, en base a condiciones locales “únicas”. Este concepto le permite a China justificar su represión de las minorías en el Tibet y Xinjiang, según Lee.
El concepto de valores universales, conocido como “pushi jiazhi” en chino, comenzó a debatirse abiertamente en los medios chinos y dentro de la academia china poco después del terremoto de Sichuan en 2008, que mató a más de 80,000 personas, según The Economist en un artículo de julio de 2010.
Poco después del terremoto de Sichuan, sitio al que el primer ministro Wen Jiabao llegó pocas horas después en una demostración personal poco común para un político de alto rango del PCCh, un periódico en Guangdong elogió la respuesta del gobierno, diciendo que había “cumplido sus compromisos con su propio pueblo y con el mundo entero en lo que respecta a los valores universales”, según el artículo chino de The Economist.
El propio Wen estuvo cerca de referirse a la existencia de valores universales en un ensayo publicado en China el 3 de marzo de 2007, durante sus diez años de mandato como Primer Ministro. La traducción al inglés del China Daily cita a Wen diciendo que “la ciencia, la democracia, el sistema legal, la libertad y los derechos humanos no son algo peculiar del capitalismo. Más bien, son valores comunes perseguidos por la humanidad en el largo proceso histórico y son fruto de la civilización humana creada por la humanidad”.
El discurso sobre los valores universales se extendió tanto en China que el entonces presidente del Banco de Comerciantes, Qin Xiao, en su discurso de apertura a los graduados de la escuela de negocios de la Universidad de Tsinghua en Beijing dijo: “Los valores universales nos dicen que el gobierno sirve al pueblo” y “los bienes pertenecen al público”.
Luego exhortó a los graduados a resistir las cosas mundanas y a buscar valores universales de libertad y democracia, dicen los informes.
Diez años después, sin embargo, Beijing está utilizando “su perfil creciente” en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDH) para “silenciar agresivamente las críticas a su historial de derechos humanos” y “diluir los conceptos de derechos humanos universales”, declaró Lee.
Relaciones internacionales
Aunque las relaciones de China con Europa son un “desafío a la cohesión interna con la Unión Europea (UE)”, también son un desafío a la relación de la UE con Estados Unidos, escucharon los delegados de las comisiones.
Janka Oertel, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, también cree que “el acceso al mercado europeo y la cooperación política con el bloque económico son cruciales para hacer realidad las ambiciones globales en expansión de China”.
Europa es el “campo de batalla clave” para China en su lucha por lograr la “supremacía económica y tecnológica” sobre Estados Unidos, dijo Oertel.
Sin embargo, China se ha enfrentado recientemente a una UE que, como Estados Unidos, se ha vuelto más dura con China en sus políticas comerciales y más exigente de reciprocidad en sus relaciones, sugirió Oertel.
De vuelta a su territorio en el sudeste asiático, China se enfrenta a otro conjunto de desafíos en su competencia estratégica con Estados Unidos.
Los principales intereses y motivaciones clave de China son dobles, testificó Satu Limaye del East West Center.
Primero, China busca la integridad territorial, y eso significa estar a la cabeza en sus disputas de gran alcance, muchas de ellas iniciadas por ellos mismos, con sus vecinos. El segundo, y muy conocido, interés central es la “reunificación nacional” con Taiwán.
Muchas de las disputas territoriales se pueden encontrar en las aguas que rodean China, las cuales incluyen el Mar del Sur de China, el Mar del Este de China y el Mar Amarillo.
Sin embargo, China también tiene una importante disputa en la frontera terrestre, como lo han demostrado los recientes acontecimientos en su frontera con India.
“Las motivaciones estratégicas y las fuerzas militares de China están actualmente dirigidas principalmente hacia el este de Asia o el Pacífico occidental”, dijo Limaye.
Sin embargo, a pesar de la agresividad de China en el Indo-Pacífico en general, esos países “son más que capaces de calcular fríamente los equilibrios geopolíticos globales y locales y navegar entre ellos… Tienen experiencia en las idas, venidas y rivalidades de las grandes potencias”. Los países del Indo-Pacífico tienen mucha más capacidad, espacio de maniobra y herramientas de lo que generalmente se cree”, declaró Limaye.
Limaye cree que los vecinos de China, ya sea solos o por medio de una coalición, “pueden frustrar que China logre la integridad territorial y la reunificación”, sugirió.
Limaye también confía en las alianzas de Estados Unidos en la región, y la postura de China en la región refuerza esas asociaciones, dice.
“Los titulares no capturan completamente las fortalezas de los mecanismos de alianza, hábitos y redes de cooperación profundamente institucionalizados que resultan de décadas de cientos de intercambios y compromisos anuales entre militares aliados y sus contrapartes estadounidenses (y entre ellos)”, dijo Limaye en su testimonio.
En América Latina, el comercio de China “creció de USD 12,000 millones en 2000 a USD 278,000 millones en 2017”, testificó R. Evan Ellis, del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos. “Las empresas chinas han invertido más de USD 122,000 millones en la región entre 2000 y 2018”, agregó Ellis.
Desafíos militares
Pero lo más importante para el patio trasero de Estados Unidos, “el compromiso de seguridad de China en la región… incluye ayudar a la RPC (República Popular China) a operar de manera efectiva en el hemisferio occidental, si China decide hacerlo, en el contexto de un futuro conflicto con Estados Unidos”.
“Casi todos los países sudamericanos envían algunos de sus militares a la escuela militar en Beijing”, dijo Ellis.
“Pero”, agregó, “no creo que veamos bases”. Sin embargo, se está produciendo una presencia de seguridad en expansión. “China tiene empresas y personas cada vez más en América Latina, por lo que quieren protegerlos”, agregó Ellis.
“Las tendencias en el futuro son preocupantes” advirtió Michèle Flournoy, exsubsecretaria de Defensa de Política, cuando se le preguntó si el poder naval de EE.UU. es suficiente para contrarrestar a China, o incluso tan importante como solía ser.
“Hoy, la Marina de EE.UU. no tiene parangón ni rival. Pero China ahora tiene capacidad ofensiva en la primera cadena de islas, y algunas en la segunda [del Mar del Sur de China]. Si la Marina de EE.UU. permanece sin cambios, nuestra ventaja se erosionaría”, dijo Flournoy.
Flournoy aconsejó que Estados Unidos debería invertir en tecnología que “haga que nuestros barcos sean más resistentes” y que mejore la capacidad naval para proyectar poder.
“El poder naval será extremadamente importante en el futuro”, dijo Flournoy.
La analista Alison Kaufman, investigadora principal de políticas de Asia en el grupo de expertos CNA, ofreció otra perspectiva sobre el componente militar de la competencia estratégica entre Estados Unidos y China.
“Necesitamos asegurarnos de que China no nos subestime. Creo que el riesgo de error de cálculo es alto”, dijo Kaufman.
“Un desajuste bastante persistente es lo que China y Estados Unidos ven como una escalada”, advirtió Kaufman. “Pero”, agregó, “esta debería ser un área donde podamos hablar”.
Desacoplamiento
Las empresas estadounidenses están comenzando, por primera vez, a darse cuenta de que están trabajando “en contra de sus propios intereses”, dijo Barry Naughton, de la Universidad de California en San Diego.
“Estamos viendo un cambio en la opinión pública” en contra de China, dijo Naughton.
Si la competencia entre Estados Unidos y China fuera solo una competencia militar, “eso sería fácil”, dijo Naughton.
Limaye apoyó esa idea.
Con el desacoplamiento, también conocido como “desintegración gestionada”, dijo Limaye, es crucial darse cuenta de que “gran parte de Asia está en la cadena de suministro, por lo que sus intereses y equilibrios son enormes en la forma en que nos desacoplamos”.
Entre otros, los sectores automotrices, electrónico y de chips informáticos se ven afectados en toda Asia, dijo Limaye. Pero existe la oportunidad de crear flujos de inversión en esos países, lejos de China.
Japón y Corea del Sur tienen papeles clave que desempeñar, dijo, pero “según mis propios cálculos, el desacoplamiento será extremadamente difícil, especialmente para los jugadores intermedios en la cadena de suministro porque, a) no establecen las reglas y, b) las cuotas relativas son bastante pequeñas y, por lo tanto, no pueden gestionar los resultados y estarán a merced de los grandes jugadores”, concluyó Limaye.
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