Por: Dr. Orlando Gutiérrez Boronat
La memoria es la herramienta esencial para el aprendizaje humano. Es una parte central para el funcionamiento del flujo de energía que llamamos la mente. Implica el uso de la mayoría de las áreas del cerebro. Descrita como “el acto por excelencia que constituye al ser humano”, la memoria es un instrumento vital en la comprensión de nuestra trascendencia. El totalitarismo trata de controlar a los seres humanos a través de la subversión de la memoria que está basada en la ideología. Los recuerdos vitales y orgánicos del amor se deforman a través del control de los medios de comunicación de masas y de las organizaciones estatales, para hacer que los seres humanos cumplan automáticamente con las directrices de la burocracia tiránica.
Para entender lo que realmente es el socialismo, creo que es mejor acceder a las experiencias de vida recogidas en mi memoria. El aprendizaje derivado de ellas debe iluminar nuestra propia lucha por la libertad.
Aquí comparto cuatro de esos recuerdos:
Recuerdo #1
Estaba sentado en una iglesia grande y hermosa de La Habana, Cuba. Estaba casi vacía. El sacerdote celebraba la misa con unas cinco personas presentes. ¿Por qué? Porque muchos cubanos tenían miedo de practicar su religión. Las turbas comunistas, a menudo, se paraban afuera de las iglesias para insultar y acosar a los feligreses. Ser católico significaba que podías sufrir discriminación en el trabajo o en la escuela. San Agustín nos recuerda que la libertad religiosa es la raíz de todas las demás libertades. Si creemos o no creemos, y cómo elegimos hacerlo es la clave para el control de nuestra propia alma. Es por eso que el comunismo siempre ataca a la libertad religiosa. Y por lo cual, las iglesias, las imágenes religiosas y las estatuas siguen siendo blanco de los anarcocomunistas.
Es por razones como estas que los cubanos libres han estado a la vanguardia de la lucha contra el comunismo en Cuba y en todo el mundo. Miles de cubanos han sido asesinados y encarcelados por esta lucha, incluso en la actualidad. Muchos líderes políticos han hecho promesas a nuestra comunidad, electoralmente poderosa. Pocas han sido cumplidas. La más evidente fue cuando nuestros hombres y mujeres de la resistencia se quedaron esperando el apoyo y los suministros prometidos en Bahía de Cochinos y en las ciudades y montañas de Cuba.
Por eso estamos agradecidos al presidente Trump por haber cumplido las promesas que hizo a nuestra comunidad. La autorización de los Títulos III y IV de la “Ley Libertad” y las sanciones estratégicas dirigidas a los sectores de seguridad e inteligencia del régimen castrista lo han debilitado. Cada vez que el pueblo cubano sabe que cuenta con un apoyo real, se levanta por la libertad. Por esta razón, en los últimos meses y semanas, hemos visto protestas contra el régimen en diferentes ciudades de Cuba. Ahora es el momento de fortalecer TV y Radio Martí y Radio República.
Los cubanos libres han tenido que enfrentarse a las mentiras sobre el comunismo y Cuba que muchos en los medios de comunicación y en Hollywood han dicho. La gente es ingenua con respecto al socialismo. El mismo “Che” Guevara dijo que el objetivo del socialismo y el comunismo es la destrucción del individuo, del individualismo.
La individualidad es precisamente el motor de la prosperidad. Solo tenemos que comparar cómo la economía cubana ha colapsado bajo el comunismo con la forma en que Israel y Taiwán se han desarrollado. Esta comunidad también le agradece su decisivo respaldo a Israel y Taiwán.
Esto me lleva a un segundo recuerdo:
Recuerdo #2
Había llegado de la escuela primaria en Cuba a la casa, y le mostré un dibujo de “colorear por números” con la imagen del “Che” Guevara a mi madre que los maestros me habían ordenado hacer. Mi madre estrujó el papel y lo tiró al cesto de la basura. “¡Ni siquiera respetan a los niños!”, dijo. Deben entender que, en ese entonces, ni siquiera los cubos de basura eran seguros en Cuba.
Recuerdo #3
Mi tercer recuerdo es cuando mi padre me llevó a ver diferentes lugares de La Habana, antes de que nos fuéramos del país. Él sabía que, posiblemente, nunca volveríamos como, de hecho, él no regresó; y quería que recordara a mi país, mi ciudad. La Habana era una ciudad hermosa. El comunismo ahora la tiene en ruinas. Entre 1902 y 1959, los cubanos levantaron a su país de la devastación y el genocidio en los que lo había sumido la ocupación española, hasta convertirse en una economía exitosa y en crecimiento, y en uno de los países más importantes de América Latina. Un país que se alimentaba a sí mismo y exportaba alimentos al resto del mundo, antes del comunismo, ahora depende de las donaciones de alimentos de Estados Unidos para sobrevivir. El comunismo tiene que destruir la historia de una nación para poder privar de un sentido de logro a los ciudadanos, y para justificar la existencia del estado comunista como el propósito genuino de la historia.
Recuerdo #4
Mi cuarto recuerdo es del 24 de febrero de 1996, cuando el régimen castrista masacró, brutalmente, a cuatro jóvenes cubanoamericanos que volaban sobre aguas internacionales para ayudar a los cubanos que escapaban del comunismo. Instamos al presidente Trump a que apoye el enjuiciamiento de Raúl Castro por este crimen, y que el régimen castrista sea juzgado en un tribunal internacional por los crímenes de lesa humanidad que ha cometido, en un ‘Núremberg cubano’.
Por último, quiero mencionar que soy el único nieto de mis abuelos paternos. Mi abuelo le pidió a mi padre que me sacara de Cuba porque él quería que yo creciera como un hombre libre, a pesar de que no me podría volver a ver. Es por razones como estas que estamos tan orgullosos de ser americanos y de ser cubanos.
El régimen castrista es la base de la ocupación comunista en Nicaragua y Venezuela. Si los cubanos son apoyados para liberar a Cuba, todo el hemisferio, incluyendo a Estados Unidos, podrá respirar con más tranquilidad.
El Dr. Orlando Gutiérrez-Boronat es escritor, educador y analista. Es el cofundador y portavoz del Directorio Democrático Cubano.
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