Si bien se informa que China e Irán están cerca de concluir un acuerdo de cooperación económica a largo plazo, Israel debería examinar la posible amenaza que ese acuerdo puede suponer para él y “reevaluar su política” sobre China, dijeron Jacob Nagel y Mark Dubowitz, expertos de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD), en un artículo en el sitio web de la FDD.
“Este acuerdo entre un socio económico y un enemigo mortal debería ser una alarmante llamada de atención”, dijeron Nagel y Dubowitz.
Nagel es un general de brigada retirado y profesor en el Technion— el Instituto de Tecnología de Israel. Anteriormente fue asesor interino de seguridad nacional del primer ministro israelí y jefe interino del Consejo de Seguridad Nacional. Dubowitz es un exinversor de capital de riesgo y ejecutivo de alta tecnología.
Aunque los detalles del acuerdo entre China e Irán no se han hecho públicos, se especula que China invertirá supuestamente 400,000 millones de dólares durante 25 años en los sectores de la banca, las telecomunicaciones, la energía y la infraestructura iraníes a cambio de petróleo iraní con grandes descuentos, escribieron Nagel y Dubowitz.
Las negociaciones del acuerdo entre China e Irán comenzaron en 2016 después de que el líder chino Xi Jinping visitara Irán y ambos países firmaran una declaración conjunta sobre la asociación estratégica.
Este acuerdo, si se firma, debilitará la “política de máxima presión” de la administración Trump sobre Irán y ayudará a este país a eludir las sanciones estadounidenses que se le impusieron tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán —Plan de Acción Integral Conjunto (PJCPOA)— en 2018, según el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).
China obtendrá acceso a infraestructuras estratégicas como ferrocarriles y puertos en Irán, que están situados en los cruces de Oriente Medio y Asia Central, a través de su iniciativa la Franja y la Ruta, según el ECFR.
Irán “busca apoyarse en China para su modelo autoritario de vigilancia estatal de alta tecnología”, lo que permitirá al régimen iraní endurecer la opresión de su pueblo y aumentar las posibilidades del régimen de permanecer en el poder, escribieron Nagel y Dubowitz.
Considerando que los líderes iraníes han amenazado repetidamente con destruir el estado de Israel, el desarrollo de armas nucleares por parte de Irán hace que esta amenaza sea más real; Nagel y Dubowitz ven la necesidad de que Israel se desvincule de China.
Las inversiones chinas en Israel suponen un riesgo para él y sus aliados porque darán al régimen chino acceso a tecnologías estratégicas como “inteligencia artificial, computación de vanguardia, vehículos autónomos, robótica y big data”, que pueden ser utilizadas por el ejército chino. Además, “el Partido Comunista Chino (PCCh) es también el adversario más peligroso de Estados Unidos, el aliado más valioso de Israel”, escribieron Nagel y Dubowitz.
Las inversiones de China en infraestructura israelí de importancia estratégica, como el nuevo puerto de Haifa, “el puerto de Ashdod, los túneles subterráneos y los sistemas de control en las montañas del norte del Carmelo, y el sistema de metro de Tel Aviv”, están siendo construidas por los chinos como parte de la iniciativa la Franja y la Ruta.
El nuevo puerto de Haifa, después de entrar en funcionamiento en 2021, será entregado a una empresa china que lo operará durante un período de 25 años. Una base naval israelí está situada junto al puerto de Haifa. El puerto es visitado a menudo por la Sexta Flota de la Armada de Estados Unidos, que realiza ejercicios militares allí y utiliza el puerto para apoyar a Israel en caso de guerra, según NPR. La proximidad del puerto chino a los activos navales estadounidenses es un problema.
La decisión de traspaso planteó preocupaciones de seguridad para Estados Unidos ya que su Sexta Flota puede ser espiada por la inteligencia china. Nagel dijo que ha expresado repetidamente esta preocupación durante más de un año.
Nagel dijo a The Epoch Times que empezó a abogar desde hace más de un año por que Israel reevaluara sus decisiones sobre algunas de las inversiones de China. Las interrupciones en el suministro de material a las fábricas debido al brote del coronavirus en China, los problemas de seguridad nacional relacionados con los lazos tecnológicos israelíes con China, y la relación estratégica israelí con Estados Unidos fueron las razones de esta reevaluación, dijo Nagel.
Al reconocer a Israel como la “nación de las empresas emergentes”, los inversionistas chinos hacen inversiones significativas en las nuevas empresas israelíes, y utilizan estas inversiones “como una fuente esencial de tecnología para construir armas de nueva generación”, escribió Nagel (pdf), y agregó que “las nuevas empresas israelíes recaudaron 325 millones de dólares de inversionistas chinos en los primeros tres trimestres de 2018, en comparación con 76 millones de dólares en 2013”.
Las inversiones chinas representan aproximadamente entre el 10 y el 15 por ciento de la economía de Israel, dijo Nagel. Se puede reducir, pero ninguna inversión china debe ir a tecnologías altamente sofisticadas, añadió.
No sé de chinos que compren cualquier cadena de alimentos israelíes, o inviertan en nuestro sistema de Coca-Cola, dijo Nagel a The Epoch Times. Sin embargo, no queremos que inviertan en infraestructura, bancos, seguros, o en el túnel bajo Tel-Aviv, sistema de transporte, trenes, diseminación de agua, energía o electricidad, añadió.
Además “las empresas chinas no pueden competir en las redes 5G israelíes”, dijo Nagel. Esta regla también se aplica a toda la alta tecnología israelí.
Sin embargo, estas tecnologías son críticas para modernizar la defensa de Estados Unidos y a menudo son de doble uso: civil y militar, dijo Nagel, y añadió que la desvinculación de China detendrá el flujo de capital hacia el sector de alta tecnología israelí, lo que reprimirá su desarrollo.
Nagel cree que la desvinculación de China no puede lograrse promulgando más leyes que “asfixiarían al sector privado”. Israel quiere jugar con las reglas del libre mercado y atraer capital de sus aliados como India, Japón, Australia, Canadá y otros aliados del indopacífico, así como de los países del Golfo, para reemplazar las inversiones chinas y así poder continuar el desarrollo de su sector de alta tecnología, escribió Nagel.
La desvinculación de China también será una oportunidad para que Estados Unidos asigne algunos fondos de inversión para reemplazar el capital chino en las empresas emergentes de alta tecnología israelíes y ampliará “la cooperación tecnológica, militar, de inteligencia y política” con Estados Unidos, escribió Nagel.
“El ingenio del libre mercado estadounidense e israelí superará cualquier cosa que el modelo autoritario estatal de China pueda producir”, concluyó Nagel.
Posible uso indebido de dispositivos forenses israelíes vendidos a Hong Kong
El activista democrático de Hong Kong, Joshua Wong, que dirigió el partido prodemocracia de Hong Kong, publicó en su página de Facebook una carta de activistas israelíes de derechos humanos al gobierno israelí en la que solicitaban que se detuviera la exportación de dispositivos forenses y software de Cellebrite que supuestamente han permitido a la policía de Hong Kong irrumpir en los teléfonos móviles de 4000 activistas prodemocracia y arrestarlos.
Según la carta, Cellebrite proporciona herramientas forenses para que la policía o los agentes de la aplicación de la ley de todo el mundo luchen contra la delincuencia y el terrorismo y no deben servir a regímenes tiránicos.
Los productos de Cellebrite han sido utilizados por la policía de Hong Kong durante años, pero con la llegada de la nueva ley de seguridad nacional de Hong Kong y la desaparición de la norma de “un país, dos sistemas”, la tecnología puede ser objeto de un uso indebido.
Wong reveló que su celular y los celulares de otros manifestantes prodemocracia fueron hackeados por la policía usando el sistema de Cellebrite, según documentos legales.
Wong instó al Ministerio de Defensa israelí a “detener inmediatamente la exportación del sistema Cellebrite, que se utiliza para infringir la privacidad, la privación de libertad y la libertad de expresión, y para incriminar políticamente a los ciudadanos de Hong Kong en virtud de la nueva Ley de Seguridad Nacional, que no cumple las normas del derecho internacional”.
La nueva ley de seguridad nacional fue impuesta en Hong Kong por la legislatura títere del régimen chino y entró en vigor el 30 de junio.
La nueva ley prohíbe la secesión, la subversión y el terrorismo, así como las actividades relacionadas con la interferencia extranjera. Además, permite que las agencias de seguridad del régimen comunista establezcan operaciones en Hong Kong.
Cellebrite/Israel es una subsidiaria de la Sun Corporation de Japón.
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