Por: Leonardo Vásquez Campos
El manejo de la crisis en Costa Rica, provocada a raíz de la pandemia por el H1N1, se abordó diferente, de mejor forma y exclusivamente desde el punto de vista sanitario, por parte de profesionales de la salud. En otras palabras, no políticamente, como sucede en la actualidad con el COVID-19.
Es preocupante la evidente manipulación por parte del poder político en ejercicio, al aprovechar la coyuntura sanitaria que atraviesa el país, no sólo el país, la humanidad entera, para halar agua a sus propios molinos, a sus propios intereses y ocultar la incapacidad, falta de liderazgo y gobernabilidad equitativa.
Los gobernantes no deben perder la perspectiva, menos obviar la idiosincrasia del costarricense, de tradición democrática, respeto a las garantías sociales, a la justicia y la paz, aunado a otra serie de valores, por los cuales lucharon nuestros antepasados, para brindar a las nuevas generaciones un Estado de Derecho.
Estado de Derecho que hoy se ve amenazado solapadamente por tendencias importadas que, no comparte la inmensa mayoría de los costarricenses, más impulsadas por élites políticas y de poder económico, para desestabilizar la democracia de la cual goza Costa Rica que, cada día se parece manos a Suiza.
El sector turismo, el más afectado en su economía, no olvida cual es el mayor socio comercial, de igual forma la producción nacional depende del mismo socio comercial los EE. UU. Es importante que nuestros gobernantes en aras de la transparencia expliquen, al pueblo de Costa Rica la relación existente con el Foro de Sao Pablo.
Es importante que nuestros gobernantes expliquen al pueblo de Costa Rica cuales fueron los 3 mensaje que el Secretario de Defensa de los EE. UU. Mike Pompeo, le vino a dar personalmente a don Carlos Alvarado y porqué este país solicitó el retiro inmediato a sus compatriotas de Costa Rica.
Ya la mayoría de los costarricenses son conscientes de la crisis y las consecuencias que produce el COVID-19 y actúan acorde a las circunstancias, no es necesario seguir con la filosofía del terror, ya el costarricense sabe que las redes sociales aguantan lo que se les ponga, no sólo eso, sabe distinguir la mentira y la verdad. La crisis un serio problema país, con diversos rostros, necesita un sano, honesto y responsable equilibrio, entre la salud, la economía y el bienestar social, no es bien recibido por los costarricenses que, los sectores más pobres y la clase media, sean los perjudicados, mientras inescrupulosos sectores políticos y de poder económico, ponen a Costa Rica de cabeza
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