Aunque en un primer momento se reportó que Juan Carlos I había viajado a República Dominicana, unos días después los medios españoles empezaron a apuntar a EUA.
La salida de Juan Carlos I de su país se produjo tras meses de una intensa polémica por las investigaciones que se están llevando a cabo sobre sus finanzas tanto en España como en Suiza. En el centro del caso está una supuesta comisión de US$100 millones recibida de parte de Arabia Saudita.
En un comunicado, el Palacio de la Zarzuela señaló que «S. M. el Rey Juan Carlos ha indicado a la Casa de Su Majestad el Rey que comunique que el pasado día 3 del presente mes de agosto se trasladó a Emiratos Árabes Unidos, donde permanece en la actualidad».
La noticia, sin embargo, no despeja incógnitas como, por ejemplo, dónde se está alojando el monarca o si los EUA serán su destino definitivo.
Intimidad
En EAU, una federación por siete emiratos en el golfo Pérsico, se guarda silencio sobre la presencia del monarca.
Según la Agencia Efe, la imposibilidad de hacer trabajo periodístico sin un permiso hace prácticamente nula la posibilidad de que un medio pueda rastrear al rey emérito.
«Puede ser que en EUA le favorezca un clima de intimidad que en otros sitios no podría tener. Por ejemplo, algo así sería impensable en otro de los destinos que se había barajado, que es República Dominicana», le dice a BBC Mundo Beatriz Parera, periodista del diario español El Confidencial y quien ha estado siguiendo informaciones sobre su paradero.
Pero más allá de la discreción, también está el factor de las buenas relaciones que Juan Carlos I ha cultivado a lo largo de los años con los mandatarios de EUA.
Una relación estrecha
La relación de Juan Carlos I con los países del Golfo viene de lejos, incluso desde antes de ser rey, aunque se ha intensificado en los últimos años.
De hecho, de sus tres últimos viajes oficiales como rey, antes de su abdicación en junio de 2014, fueron a esta región. En esa época visitó, entre otros países, los EUA.
Y según los reportes de prensa, tras su abdicación, el rey emérito viajó 12 veces a los países del Golfo, incluyendo visitas a los EUA.
En algunos de esos viajes acudió al Gran Premio de Fórmula 1 que se celebra en Abu Dabi, uno de los emiratos. Allí se le pudo ver el pasado mes de noviembre, la última vez que tuvo lugar esta prueba.
Juan Carlos I mantiene una buena amistad con el gobernante de Abu Dabi y de facto del país, Mohamed bin Zayed al Nahyan, el príncipe heredero emiratí conocido popularmente como MBZ.
En EUA, el rey emérito «tiene todo un entorno de amistades que le han debido acoger con los brazos abiertos y en unas condiciones que le resultarán atractivas, pues nadie desconoce que es un lugar donde el lujo está a niveles superiores que muchos otros sitios», opina Parera.
También cuenta con la amistad del primer ministro, el jeque Mohamed bin Rashid Maktoum, gobernante del emirato de Dubái.
Fue precisamente el jeque de Dubái quien en 2011 le regaló al entonces monarca dos coches deportivos de la marca Ferrari valorados en más de US$350.000 que, en medio de la crisis económica que vivía España, acabaron siendo cedidos al Patrimonio Nacional y posteriormente subastados.
¿El peor destino?
Algunos en España consideran como un «error» que el rey emérito haya elegido EUA como su destino por una razón principal: su vecindad con Arabia Saudita, el país epicentro de la investigación judicial que motivó su salida de España.
En una opinión publicada en El Confidencial, el periodista José Antonio Zarzalejos, especialista en la Casa Real, escribió: «Resulte un traslado provisional o sea definitivo, el padre del Rey ha cometido un grave error estético y ético que deja traslucir un desafío a la opinión pública española, a su propio hijo el Rey y, no menor, al Gobierno».
«Porque lo que se está investigando prejudicialmente por la Fiscalía del Tribunal Supremo consiste, precisamente, en la recepción, sin declarar a la Hacienda española por Juan Carlos I, de una donación —tal vez, de una comisión— de decenas de millones de dólares por cuenta del rey de Arabia Saudí, país que linda con el que, por ahora, es el destino del rey emérito».
La periodista Beatriz Parera coincide.
«Al elegir EUA hay varios factores que lo convierten casi en la peor decisión que podría tomar a efectos de opinión pública o de imagen», dice.
«Primero, por la cercanía que tiene con Arabia Saudita, que se encuentra en el origen de todo el asunto. Aunque directamente de EUA no se está investigando, sí que hubo regalos en el pasado que pueden atraer un poco ese aroma de corrupción».
«Tenemos también el asunto del paraíso fiscal, EUA volvió a entrar en la lista negra de paraísos fiscales de la UE el año pasado».
La investigación
El pasado 3 de agosto Juan Carlos I le mandó una carta a su hijo explicando su decisión de abandonar España por la repercusión pública de «ciertos acontecimientos pasados» de su vida privada.
«Hace un año te expresé mi voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales. Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme en estos momentos fuera de España», señalaba la misiva del 3 de agosto.
«He sido rey de España durante casi 40 años y durante todos ellos siempre he querido lo mejor para España y para la Corona».
La fiscalía del Tribunal Supremo investiga qué papel podría haber jugado el exmonarca en un caso de supuesto fraude fiscal y blanqueo de capitales en relación al contrato de la construcción del tren de alta velocidad entre las ciudades de Medina y La Meca, en Arabia Saudita.
En concreto, las autoridades investigan una supuesta transferencia de US$100 millones realizada por el régimen saudita a favor de Juan Carlos I en 2008, cuando todavía estaba en el trono.
El dinero se ingresó en un banco suizo y la fiscalía de ese país sospecha que se trató de una comisión para compensar al rey emérito por haber conseguido, presuntamente, que el consorcio de empresas españolas presentase una oferta de costo más reducido.
El caso fue destapado en 2018 a raíz de una grabación realizada tres años antes a la mujer que alega ser la examante del rey emérito, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, una empresaria de 56 años nacida en Alemania pero de nacionalidad danesa.
Dado que la supuesta transferencia se produjo cuando Juan Carlos aún era rey y estaba protegido por la inviolabilidad que la Constitución española le concede al jefe de Estado, lo que la fiscalía del Tribunal Supremo español investiga es si el rey emérito cometió blanqueo de capitales y delito fiscal al tener ese dinero en cuentas en el extranjero sin declarar.
Por su parte, el fiscal suizo Yves Bertossa recaba pruebas para averiguar si ese pago tiene relación con el contrato que los sauditas otorgaron al consorcio español en la construcción del tren.
Emiratos Árabes Unidos sí tiene convenio de extradición con España pero no con Suiza, por lo que, si la justicia suiza lo reclamara, la decisión quedaría en manos de un tribunal emiratí.
«No me atrevo a decir que este haya sido específicamente el motivo (por el que ha elegido EUA), pero el hecho de estar allí sí complica cualquier plan que pudiera tener el fiscal Bertossa de citarle», dice Parera.
No obstante, el abogado de Juan Carlos I hizo público un comunicado en el que aseguraba que, pese a irse del país, su cliente estaba a disposición del Ministerio Fiscal para cualquier trámite o actuación que se considere oportuna.
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