Las plusvalías de la Cuba socialista

Si aplicáramos el análisis marxista al mundo actual, encontraríamos que un Estado socialista, Cuba, supera al empresario más avaricioso y despiadado en la forma de tratar a sus propios empleados

Habana - Según investigadores, el proceso de cambios “aumentará la franja de pobreza” en la isla.
Por: Francisco Cabrillo / Catedrático de Economía Aplicada y Hacienda Pública de la Universidad Complutense de Madrid

La teoría económica marxista defiende la tesis de que el beneficio empresarial tiene su origen en la plusvalía que los empresarios obtienen de sus trabajadores, y que esta se genera porque los empleados aportan al proceso de producción un mayor valor del que reciben como salario. Aunque esta idea resulte bastante extraña a cualquiera que sepa algo de teoría económica (y tenga un poco de experiencia en el mundo real, de la que Marx, por cierto, carecía), la teoría de la plusvalía ha sido durante muchos años un potente instrumento de crítica al capitalismo y a la economía de mercado. La conclusión es simple: si unos son ricos y ganan dinero es porque se lo están quitando a otros al pagarles salarios muy bajos.

Pero, ¿puede haber plusvalía si no hay empresarios privados? ¿No es una de las características del socialismo la eliminación de la explotación de los trabajadores? Pues me temo que, si aplicáramos el análisis marxista al mundo actual, encontraríamos que un Estado socialista, Cuba en concreto, supera al empresario más avaricioso y despiadado que uno pueda imaginar en la forma de tratar a sus propios empleados.

Hemos sabido, a raíz de la ruptura del acuerdo por el que Cuba enviaba médicos a Brasil, que la Administración de ese país pagaba los sueldos de estos trabajadores directamente al Gobierno cubano, y que este entregaba a los médicos solo el 25 % de tales cantidades y guardaba el resto para financiar sus gastos.

Ciertamente no es la primera vez que se ha hablado de acuerdos tan miserables, pero me gustaría saber qué diría nuestra izquierda si, por ejemplo, una empresa privada cediera a sus trabajadores a un tercero y se quedara con el 75% de sus sueldos. Escucharíamos, sin duda, los gritos de indignación que exigirían que se terminara de inmediato con una explotación tan lamentable.

Y tendrían razón quienes protestaran. Lo que no entiendo es por qué, una vez conocida esta noticia, la izquierda no reacciona de la misma forma y se manifiesta ante la embajada de Cuba en contra de su Gobierno explotador. Debe haber algo en la economía socialista que no consigo entender.

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