
Los médicos que atienden al presidente estadounidense, Donald Trump, durante su convalecencia por COVID-19 aseguraron que en su tercera jornada ingresado en un centro hospitalario su evolución es positiva y podría recibir el alta este lunes, aunque persisten los “altibajos” y señales preocupantes, como el hecho de que su tratamiento es normalmente reservado para casos graves de coronavirus.
En el parte médico de este domingo en, el Hospital Militar Walter Reed, a las afueras de Washington, uno de los miembros del equipo médico que atiende al presidente estadounidense, Brian Garibaldi, aseguró que si Trump “sigue sintiéndose bien nuestro plan es que pueda ser dado de alta mañana y volver a la Casa Blanca, donde continuará su tratamiento”.
Tratamiento para enfermos graves
La Dexametasona, que tiene efectos secundarios como ardores o dolores de cabeza, suele ser suministrada normalmente en casos graves del COVID-19.
Del mismo modo, el antiviral Remdesivir, del que Trump recibe hoy su tercera dosis como parte de un tratamiento de cinco días, se aplica en casos de pacientes hospitalizados.
El Remdesivir, que ha sido autorizado de emergencia por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, en sus siglas en inglés), es normalmente combinado con anticuerpos monoclonales, como ha ocurrido en el caso de Trump.
El cóctel de anticuerpos de Regeneron, que Trump recibió el viernes, y el Remdesivir atacan al virus y frenan su expansión.
Trump, de 74 años y con sobrepeso, es un paciente con especial riesgo de desarrollar una variante seria del COVID-19, por lo que se le ha sometido también a escáneres pulmonares y a un control exhaustivo de las funciones cardíacas, hepática y en los riñones.
Conley también añadió que en los escáneres pulmonares que se le han practicado a Trump solo han visto “hallazgos esperados” y no hay “mayores preocupaciones clínicas” a ese respecto.
Con información de EFE

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