
Por: Andrés Ramírez P
«El proceso para elaborar una nueva Constitución en Chile será un “largo y complejo proceso” y en medio de todo el camino el país también vivirá la renovación del Congreso y las elecciones presidenciales», afirma analista político.
En entrevista con el periodista mexicano, Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula el politólogo y jurista adelantó que Chile vivirá tiempos esperanzadores, de expectativas, donde en marzo de 2022 el país viva su nueva realidad, con nuevo Ejecutivo y Legislativo, pero no con una nueva Constitución, pues la tendrá en mayo o junio de 2022.
Así mismo, indicó que pasado el proceso de la nueva Constitución en Chile, se debe convocar a un nuevo plebiscito para conocer si la ciudadanía está dispuesta a aprobar la primera Carta Magna desde el régimen de Augusto Pinochet.
Aseguró que la trascendencia del plebiscito realizado ayer, 25 de octubre, en Chile, estriba en que, de la mano de un masivo apoyo ciudadano, se enterró la Constitución de 1980, elaborada durante la dictadura de Augusto Pinochet.
«Este proceso, a diferencia lo que ocurrió en Venezuela, Bolivia y otros países latinoamericanos, es que se trató de un proceso de origen ciudadano porque no vino del presidente Sebastián Piñera, sino que fue resultado del estallido social con una demanda ciudadana que pide en Chile una nueva época», afirmó el especialista.
“La nueva Constitución pugna por una democracia que sea más inclusiva, más igualitaria, que acabe con los privilegios y mejore los servicios públicos con un componente de tipo ciudadano.
Los chilenos votaron 78 por ciento a favor de cambiar la Constitución bajo dos mecanismos: Uno por Convención Constitucional, cuyos 155 miembros fueran elegidos por los ciudadanos o bien por Convención Mixta, mitad del Congreso y mitad elegidos por los ciudadanos, ganó la primera”, precisó.
El experto en democratización, elecciones y gobernabilidad detalló que la Constitución actual, desde su promulgación hace 40 años, fue utilizada y reformada por diversos gobiernos democráticos. Sin embargo, advirtió, tenía un “pecado de origen” y es que fue elaborada en la época de Augusto Pinochet.
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