Si la administración de Joe Biden intenta forzar a los gobernadores de todo el país a cerrar, el gobernador de Misisipi planea resistirse.
Basándose en lo que escuchó de la campaña del candidato presidencial demócrata, el gobernador Tate Reeves dijo esta semana, que no cree que nada cambie en su estado con respecto a COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
“El hecho es que vamos a tratar de trabajar con quienquiera que sea el presidente. Pero no vamos a participar en un cierre nacional”, dijo Reeves, un republicano, en una rueda de prensa el 12 de noviembre.
“Esta idea, de que uno de sus asesores ha dicho que todo lo que realmente necesitamos es un cierre nacional de seis semanas, y que podemos frenar la propagación de este virus, está total y completamente fuera de lo razonable. La gente en Misisipi no puede simplemente volver a casa, cerrar sus pequeños negocios, cerrar sus restaurantes, cerrar sus gimnasios, cerrar otros pequeños negocios durante seis semanas, y simplemente pensar que se puede regresar dentro de seis semanas, pulsar un interruptor, y todo va a estar bien. No es la forma en que funciona la economía”.
El Dr. Michael Osterholm, quien se desempeña como asesor de la campaña Biden, recientemente propuso un cierre de cuatro a seis semanas, siempre y cuando el Congreso apruebe otro paquete de estímulo.
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