Un observador electoral republicano del condado de Delaware, Pensilvania, dijo el miércoles en una audiencia del Comité de Políticas del Partido Republicano del Senado, en Gettysburg, que fue testigo de una serie de irregularidades el día de las elecciones, incluyendo 47 tarjetas USB que desaparecieron.
Greg Stenstrom, quien, además de ser un observador electoral, dijo ser un experto en fraudes de seguridad, declaró en la audiencia que fue testigo de una serie de violaciones de la cadena de custodia, entre ellas las observadas alrededor de las boletas por correo, en el saldo de votos de los buzones y en el manejo de las memorias USB, todo lo cual, dijo, rompió las reglas definidas por la Junta Electoral del Condado de Delaware y la revisión del proceso electoral.
“Ellos no siguieron ninguna”, dijo Stenstrom. “Me sorprendió que esto pudiera suceder”, añadió.
Él describió haber sido testigo de una situación en la que los datos de las tarjetas USB fueron recargados en las máquinas de votación por un supervisor del almacén sin ser vigilado por los observadores electorales, lo cual dijo que vio que sucedió al menos 24 veces.
“El estaba entrando con bolsas, de las que tenemos fotos y que fueron presentadas en nuestras declaraciones juradas”, dijo Stenstrom, añadiendo que los observadores electorales demócratas también fueron testigos de este suceso.
Stenstrom dijo que un abogado le explicó que es normal que se dejen varias tarjetas USB en las máquinas y que el gerente del almacén las traiga para introducirlas en los sistemas de conteo. Cuando más tarde planteó la cuestión al fiscal general de Estados Unidos, William McSwain, y a algunos agentes del orden, le dijeron que es inusual que se dejen más de dos unidades en las máquinas de votación, añadió.
Según sus declaraciones, más tarde le dijeron que “estas 24 a 30 tarjetas que fueron cargadas” no estaban contabilizadas, añadiendo que “al día de hoy, hay 47 tarjetas USB perdidas”.
“Las personas me preguntan todo el tiempo, ¿cómo es que las personas cometen crímenes? Sé que hay muchas teorías aquí y siempre busco la cosa más simple. La gente que hace esas cosas (…) meter las tarjetas USB, poner las papeletas —es una cosa muy simple. Sólo se necesita un par de personas, no se necesita una gran conspiración”, dijo.
“Como científico informático forense, mi interés está en los datos: ¿A dónde fueron a parar? ¿Dónde fueron desechados? ¿Cómo entraron y salieron los datos del sistema?”, dijo, y pidió una auditoría.
Stenstrom también dijo que recientemente salió a la luz que “virtualmente todos los registros de la cadena de custodia, registros, hojas amarillas, todo desapareció” en el condado de Delaware.
“Ellos hicieron una reunión de firmas donde se sentaron y los compañeros de trabajo fueron invitados a recrear esos registros”, dijo. “Y nuestro entendimiento a partir de hoy fue que no tuvieron éxito en conseguirlos todos”.
La situación es que hay hasta 120,000 boletas que siguen “en duda”.
“No hay cura para esto, no hay remedio para esto”, dijo.”No creo, como ciudadano y observador de esto que alguien pueda certificar ese voto en buena conciencia”, añadió.
En la misma audiencia, el abogado del presidente Donald Trump, Rudy Giuliani, dijo que el tipo de irregularidades electorales que los testigos describieron en Pensilvania también se produjeron en otros estados disputados.
“Lo que vamos a describirles, con estos testigos, ocurrió más o menos de la misma manera en Michigan, Wisconsin, Nevada y Georgia —el dispositivo principal fueron las boletas de voto por correo”, dijo Giuliani, definiendo la elección en Pensilvania como una “farsa”.
“No queremos privar a nadie de su derecho a voto. Queremos descalificar 672,000 votos para que 72 millones de personas no se vean privadas de su derecho a voto, porque eso es lo que ocurrió con las trampas que se hicieron aquí”, dijo Giuliani.
El exalcalde de la ciudad de Nueva York también sugirió la acción de los senadores estatales republicanos de Pensilvania, quienes tienen la facultad de votar y elegir a sus propios electores. La Constitución, dijo Giuliani, estipula que los legisladores estatales tienen la facultad de anular a los electores de un estado y pueden enviar a los suyos al colegio electoral. La Cámara y el Senado de Pensilvania están controlados por los republicanos. El colegio electoral se reúne el 14 de diciembre.
Los demócratas del Senado de Pensilvania, en respuesta a la audiencia republicana, dijeron que Giuliani está “vendiendo reclamos infundados de fraude electoral en cualquier lugar que lo tenga” y no aceptará la “pérdida con gracia o un mínimo de dignidad”.
El martes, el gobernador demócrata de Pensilvania, Tom Wolf, anunció que los resultados de la elección fueron certificados por la oficina del Secretario de Estado. El gobernador de Georgia, Brian Kemp, y el Consejo de Escrutinio de Michigan también certificaron sus elecciones, aunque hay impugnaciones legales pendientes.
Sin embargo, la jueza del Estado de Pennsylvania, Patricia McCullough, ordenó el miércoles al estado que no tome más medidas para completar la certificación de la carrera presidencial. También bloqueó la certificación de todos los demás resultados electorales.
La secretaria de Estado de Pensilvania, la demócrata Kathy Boockvar, dijo que no ha visto ninguna evidencia de fraude de los votos o irregularidades masivas que anularían los resultados de las elecciones en el estado. Los datos del estado muestran que Biden lidera a Trump por unos 80,000 votos. Otros secretarios en otros estados donde los resultados están siendo cuestionados se han hecho eco de esas afirmaciones.
Con información de Ivan Pentchoukov, Janita Kan, y Jack Phillips.
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