Según trascendió a través de medios estadounidenses, los tres expresidentes más recientes de Estados Unidos han dicho que tomarían públicamente una vacuna COVID-19 una vez que se apruebe una para ayudar a promover la seguridad del medicamento.
Los expresidentes George W. Bush y Bill Clinton le dijeron a CNN sus intenciones, mientras que el expresidente Barack Obama dijo en una entrevista que podría terminar tomando una vacuna COVID-19 en la televisión.
Bush incluso se acercó a los miembros del grupo de trabajo sobre el coronavirus de la Casa Blanca, el Dr. Anthony Fauci y la Dra. Deborah Birx, para que se ofrezcan como voluntarios para ayudar a alentar a los ciudadanos estadounidenses a vacunarse, dijo a la prensa el exjefe de gabinete del expresidente, Freddy Ford.
“Primero, las vacunas deben considerarse seguras y administrarse a las poblaciones prioritarias. Entonces, el presidente Bush se pondrá en fila para el suyo, y con mucho gusto lo hará frente a la cámara”, dijo Ford al medio.
El secretario de prensa de Clinton, Ángel Ureña, dijo que el 42º presidente también está a bordo.
“El presidente Clinton definitivamente tomará una vacuna tan pronto como esté disponible, según las prioridades determinadas por los funcionarios de salud pública”, dijo Ureña.
«Y lo hará en un entorno público si ayuda a instar a todos los estadounidenses a hacer lo mismo».
En una entrevista con el presentador de SiriusXM Joe Madison, Obama prometió tomar la vacuna una vez que se considere segura.
“Les prometo que cuando esté hecho para personas que corren menos riesgo, lo tomaré”, dijo Obama.
«Puedo terminar llevándolo a la televisión o filmando, solo para que la gente sepa que confío en esta ciencia, y en lo que no confío es en obtener COVID».
Con información de The New York Post
Traduccón: Andrés Ramírez P
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