Los estados a lo largo y ancho de Estados Unidos elaboraron el jueves planes sobre quiénes serán los primeros en recibir las primeras dosis de la vacuna contra COVID-19 una vez que esté disponible en las próximas semanas, en momentos en que se rebasaron las 3.100 muertes a causa de la enfermedad en un sólo día, rompiendo la marca impuesta hace unos meses.
Aunque los primeros suministros de la vacuna serán limitados, gobernadores y otros funcionarios estatales están sopesando tanto las inquietudes de salud como las económicas para decidir el orden en que se administrarán las inyecciones.
Los estados tienen hasta el viernes como fecha límite para entregar sus solicitudes para las dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer y para especificar a dónde deberían ser enviadas, y muchos parecen apegarse a las directrices no vinculantes adoptadas esta semana por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) en torno a colocar a los trabajadores de salud y a los pacientes de casas para ancianos en los primeros turnos.
Pero también enfrentan una avalancha de decisiones sobre otras categorías de residentes, algunas específicas de sus estados, algunas vitales para sus economías.
El borrador del plan de Colorado, que sigue bajo revisión, coloca a los trabajadores de centros de esquí que comparten espacios estrechos en la segunda fase de la distribución de la vacuna, reconociendo el papel fundamental de la industria de 6.000 millones de dólares en la economía del estado.
En Nevada, donde las autoridades han destacado la importancia de volver a atraer al turismo en Las Vegas, las autoridades habían colocado en un principio a los pacientes de casas para ancianos en la tercera fase, detrás de agentes de la policía, maestros, operadores aeroportuarios y trabajadores de negocios minoristas. Pero el miércoles dijeron que revisarían ese plan para apegarse a las directrices de los CDC.
En Arkansas, el gobernador Asa Hutchinson dijo que los trabajadores de salud y de instalaciones de atención médica a largo plazo son la prioridad, pero el estado seguía definiendo quién estaría incluido en la siguiente fase. Un borrador del plan de vacunación enviado a los CDC en octubre enlistaba a los trabajadores avícolas junto con otros empleados esenciales como profesores, agentes del orden público y de correcionales en la llamada categoría 1B.
La avicultura forma una parte importante de la economía de Arkansas y casi 6.000 trabajadores de la industria han dado positivo al virus desde que empezó la pandemia, de acuerdo con el Departamento de Salud estatal.
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