Con resultados inconclusos, el Ministerio de Salud ruso apuró la aprobación de la «Sputnik V» para adultos mayores, y la ANMAT siguió ciegamente, poniendo en peligro la salud pública de todos los argentinos.
Como consecuencia directa de la gestión política de Alberto Fernández, Argentina se convirtió en el primer país del mundo que aprueba el uso de la vacuna rusa «Sputnik V» por fuera de la esfera rusa, y será el primero en empezar a vacunar «masivamente» a su población con esta fórmula.
El sábado 26 por la mañana, el Gobierno ruso aprobó de emergencia la vacuna Gam-COVID-Vac en fase 3 para adultos mayores, la habilitación más importante que puede tener una vacuna contra el coronavirus ya que los mayores de 60 años son el principal grupo de riesgo de esta pandemia.Esta vacuna había sido anunciada desde agosto de este año, en una conferencia de prensa donde el Presidente Putin celebró que Rusia se convertía en el primer país del mundo en lanzar una vacuna contra el virus. Sin embargo, no fue hasta el 4 de septiembre que los resultados de la Fase 1 y 2 fueron hechos públicos, y recibidos con puras críticas por parte de la comunidad científica, que aseguraba que los datos publicados eran inconclusos y que las muestran tomadas eran muy chicas.Pero esta aprobación en Fase 3 es aún más alarmante. Si bien hay una evaluación que comenzó el pasado 7 de septiembre, con 40.000 casos, aplicando el método multicéntrico, aleatorizado, doble ciego, y controlado con placebo en asignación paralela de eficacia,esta concluirá recién el 1ro de mayo de 2021.
Con estos mismos datos la ANMAT argentina aprobó la vacuna rusa, y Alberto Fernández quiere empezar este mismo martes 29 a vacunar a personal médico y adultos mayores. Él mismo dijo que se daría la vacuna en vivo frente a las cámaras, una acción totalmente irresponsable ya que él tiene 61 años.
Rusia usará de conejillos de indias a los argentinos, en especial a los mayores de 60 años, e incluso al Presidente de la Nación, en un absurdo afán por no quedarse atrás de Estados Unidos, que ya tiene dos empresas produciendo y distribuyendo una vacuna con 95% de efectividad (Pfizer y Moderna) en todo el mundo.Es destacable que al menos hasta la fecha de publicación de esta nota, el presidente Vladimir Putin todavía no ha cambiado de opinión y no se dará la vacuna en vivo, como había prometido hacer. En una conferencia de prensa hace algunas semanas, había dicho que como él tiene 68 años «no es recomendable» que se la aplique. ¿Si él no se anima, vos sí?
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