Renunció el Primer Ministro de Italia y el país entra en una nueva crisis política: la derecha pide elecciones anticipadas

Tras la renuncia de Giuseppe Conte, el Presidente está realizando reuniones partidarias para determinar si nombra un nuevo Primer Ministro o si es necesario llamar a elecciones anticipadas.

En medio de una enorme crisis política en Italia, el primer ministro Giuseppe Conte renunció a su cargo este martes luego de que se rompiera la coalición de gobierno socialista entre el Partido Demócrata(PD), Italia Viva (IV), Movimiento 5 Estrellas (M5S) y Libres e Iguales (LeU).


A pesar de los reiterados intentos de la derecha de romper el gobierno y llamar a elecciones, lo que finalmente generó la ruptura del oficialismo fue una disputa por el mal manejo de la pandemia por parte de Conte.Matteo Renzi, ex primer ministro y actual líder de Italia Viva, se fue de la coalición la semana pasada y dejó a Conte sin mayoría en el Senado.

 En Italia, el gobernante debe tener mayoría en ambas cámaras para poder mantener su puesto. A diferencia que en países presidencialistas, el parlamentarismo italiano no permite que el Poder Ejecutivo y Legislativo estén enfrentados, por lo que perder la mayoría en el Congreso es equivalente a perder el Gobierno.

Sergio Mattarella, el Presidente de Italia (quien tiene un puesto meramente protocolar e institucional) comenzó hoy a reunirse con los líderes de todos los partidos para determinar quién será el nuevo Primer Ministro. 

Conte, sin embargo, no se ha bajado de la contienda y asegura que si recupera el apoyo partidario volverá a la gobernación.Tanto M5S y el PD han dicho que apoyan a Conte para que retome su mandato, que culmina recién en 2023. Mientras tanto, la derecha exige que se llamen a unas elecciones anticipadas.

Conte es una figura muy polémica en Italia. Llegó al poder de la mano de una inusual coalición en 2018 entre La Lega (derecha) y M5S (extrema izquierda), ubicando a Giuseppe Conte como un independiente tecnócrata que iba a moderar ambos partidos.

Sin embargo, esta coalición duró poco, y un enfrentamiento sobre inmigración entre Matteo Salvini (líder de Lega y en aquél entonces Ministro del Interior) y Conte terminó rompiendo la alianza de gobierno. Pero Conte permaneció en el cargo, y el lugar de La Lega fue ocupado por el Partido Demócrata y otros pequeños partidos de izquierda.

Así, Conte quedó sin el importante contrapeso que lo moderaba, y rápidamente sucumbió ante los pedidos de M5S. En 2020, en plena pandemia, el gobierno estatizó ASPI, la compañía que gestiona las autopistas de Italia, la aerolínea Alitalia y la principal manufacturera de acero del país, Ilva.

Además fue el primer jefe de gobierno del mundo en aplicar las recetas chinas para enfrentar el coronavirus, como uso obligatorio del barbijo, cuarentenas estrictas y centros de aislación forzados.

A pesar de haber llegado al gobierno con un alto índice de imagen positiva y ser querido tanto por la derecha como por la izquierda, hoy Conte se ha convertido en una de las figuras más polarizantes de la política italiana, con una fuerte base en la extrema izquierda.

En Italia está ocurriendo algo poco usual. En 2018 la derecha obtuvo la mayoría: Salvini obtuvo el 37,5% de los votos, pero no logró la pluralidad, por lo que el país entró en una crisis de representación.

Actualmente, hasta las encuestas más de izquierda le dan un amplio triunfo de Salvini, que esta vez sí lograría la pluralidad con el 48,6% de los votos (Lega 23,5% + Fratelli 16,2% + Forza Italia 7,9% + Cambiemos 1%)

La izquierda que engloba a Conte solo lograría un 38% (PD 20,2% + M5S 14,6% + LeU 3,2%) y perdería la mayoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. 

Es por esto que los partidos de izquierda quieren evitar a toda costa ir a unas nuevas elecciones, y Renzi podría dejar de lado sus diferencias con Conte para bloquear a Salvini hasta por lo menos 2023.

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