Macron subrayó que Rusia tiene que «respetar la soberanía» de Ucrania y Putin repitió «su exigencia de que la OTAN dé a Rusia garantías» sobre su seguridad
Los presidentes Emmanuel Macron y Vladímir Putin reiteraron este viernes sus «importantes» desacuerdos sobre la tensión en Ucrania, aunque se comprometieron a continuar el diálogo para intentar buscar una solución.
«Tenemos desacuerdos muy importantes» con Rusia, señaló a la prensa una fuente del Elíseo tras la videoconferencia que mantuvieron este viernes los presidentes de Francia y Rusia.
«La conversación entre los dos presidentes -subrayó esa fuente- ha permitido dar más credibilidad al diálogo en este periodo de tensión y acordarse sobre la necesidad de la desescalada» y sobre las formas para hacerla creíble.
En la conversación, que se extendió durante algo más de una hora, Putin «dijo muy claramente que no quería la confrontación«, según el Elíseo. Pero también «reiteró» las razones por las que se ha llegado a la situación de tensión actual y repitió «su exigencia de que la OTAN dé a Rusia garantías» sobre su seguridad.
Es decir, el compromiso de que Ucrania no entrará en la OTAN y la retirada de fuerzas y armamentos ofensivos en otros países europeos del antiguo bloque soviético que Moscú también querría ver fuera de la Alianza Atlántica.
Macron, por su parte, subrayó que Rusia tiene que «respetar la soberanía» de Ucrania, porque ese país «tiene derecho de elegir lo que le conviene».
Partiendo de que el objetivo de esta llamada entre los dos jefes de Estado era «la desescalada», ni Putin manifestó intenciones ofensivas ni Macron reiteró las amenazas de represalias que han lanzado los occidentales en las últimas semanas para el caso de que Rusia invadiera Ucrania.
Macron tiene previsto hablar esta tarde con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al que, según el Elíseo, reafirmará el compromiso de París para que se respete su soberanía, para evitar un conflicto y para encontrar la vía que permita aplicar los acuerdos de Minsk sobre el conflicto en la región separatista del Donbás.
Respecto a ese conflicto, en el que Rusia apoya a los separatistas sin reconocer su implicación directa, Putin reconoció que son imprescindibles esos acuerdos de Minsk de 2019 y las negociaciones que se llevan a cabo en el grupo de Normandía (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania) para resolverlo.
Rusia presiona para que, como se señala en esos acuerdos, Ucrania reforme su Constitución y el Parlamento apruebe un estatuto que garantice una autonomía al Donbás y un proceso político para asegurarse de que se va a aplicar en la práctica.
Desde la otra parte, Kiev exige garantías de que si lleva a cabo esas reformas recobrará la soberanía plena sobre esos territorios y se resiste a negociar directamente con los separatistas.
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