El cambio climático amenaza el futuro de los Juegos Olímpicos de Invierno. Cada vez hay menos lugares susceptibles de acoger esta cita. Además los expertos critican los daños que la nieve artificial ocasiona al medioambiente. Hasta 2 millones de metros cúbicos de agua podrían requerirse para producir suficiente nieve artificial en las pistas olímpicas de Pekín.
«Es triste que se necesite tanta nieve artificial para los deportes de invierno. Aunque la rampa o halfpipe siempre se suele hacer con nieve artificial, de todos modos se necesitan bajas tempera turas y estas llegan cada vez más tarde», decía Taylor Gold del equipo de snowboard de EEUU.
El Comité Organizador de Pekín había prometido unos juegos sostenibles y respetuosos con el medioambiente pero existen serias dudas sobre esa promesa. Zhangjiakou, sede de las competiciones de esquí alpino, es una de las zonas más secas de toda China. Allí apenas llueve. Y el agua para los cañones de nieve debe transportars e a través de kilómetros de distancia.
Tessa Gorte, investigadora de la Universidad de Colorado-Boulder, muestra cómo el calentamiento global ha afectado a las antiguas sedes de los Juegos Olímpicos de Invierno:
«Muchas de estas antiguas sedes se están calentando muy rápidamente, lo que tiene enormes consecuencias no solo para los Juegos Olímpicos, también para la economía local y el clima», explica esta experta calentamiento global. Los últimos ocho años han sido los más calurosos registrados en el planeta. Según los expertos, para 2050, sólo 10 de las 19 sedes de los pasados Juegos de Invierno serán viables si siguen con la tendencia actual.
Los juegos de invierno de Pekín han dejado profundas heridas en la naturaleza, incluso antes de comenzar.
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