Las autoridades de la provincia china de Hebei destruyeron una iglesia católica clandestina después de que su líder se negara a alinearse con el régimen comunista del país.
CBN news
La congregación católica clandestina se había estado reuniendo en una estructura temporal en la aldea de Youtong del distrito de Luancheng en la ciudad de Shijiazhuang, según un informe de Radio Free Asia.
Después de que la congregación no cumpliera con la Asociación Patriótica Católica China, una organización sancionada por el estado que otorga al presidente Xi Jinping el control de las parroquias en el país comunista, las autoridades demolieron la iglesia mientras su líder, Dong Baolu, estaba en el hospital por hemiplejía.
Los feligreses no lucharon contra la demolición.
En 2020, el Vaticano renovó un controvertido acuerdo con el PCCh. Si bien los detalles del acuerdo no se han revelado, otorga permiso al gobierno chino para proponer nombres para nuevos obispos al Vaticano a través de su Asociación Patriótica Católica. El Papa tiene poder de veto sobre la decisión final.
Las iglesias católicas, como todas las casas de culto del país, solo pueden operar en China si están registradas con el gobierno comunista y bajo su control.
Hay cinco organismos de control en China: la Asociación Budista de China, la Asociación Taoísta China, la Asociación Islámica de China, el Movimiento Patriótico Protestante de las Tres Autonomías y la Asociación Católica Patriótica China.
Como informó CBN News a principios de este año , el PCCh ha mostrado un control bastante intenso sobre los creyentes, incluso hasta el punto de reescribir las Escrituras a través de la lente del comunismo.
Todd Nettleton, portavoz del organismo de control de la persecución Voice of the Martyrs, le dijo a Faithwire de CBN: “Este es un proyecto que el Partido Comunista Chino anunció en 2019. En ese momento, dijeron que sería un proceso de 10 años … para liberar una nueva traducción de la Biblia.”
Según los informes, la versión censurada de la Biblia incluirá ideales confucianos y budistas, lo que finalmente establecerá una lectura de las Escrituras que “realmente apoyaría al Partido Comunista”, dijo Nettleton.
“El problema para el Partido Comunista Chino es el control; siempre se trata de control”, explicó sobre la motivación del PCCh para editar la Biblia. “Y ven el… mensaje cristiano como algo que le quitaría el control al partido comunista”.
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