Los cristianos, al igual que el resto de la población, sufren la violencia de los grupos criminales y las bandas.
Pòr: Rossana Ramírez/ Min. Puertas Abiertas
El mes pasado, el descubrimiento de docenas de migrantes fallecidos en la parte trasera de un tráiler, esta vez cerca de la frontera de Estados Unidos con México, dirige nuestra atención a las difíciles circunstancias en las que viven los ciudadanos, incluidos los cristianos en América Latina; si no son sus gobiernos, son los grupos criminales y las pandillas los que violan sus libertades individuales.
México: la amenaza de los grupos criminales
En México, el número de personas que mueren por la violencia que existe actualmente por parte de grupos criminales y pandillas que dirigen redes de narcotráfico y trata de personas, está aumentando y los cristianos no son una excepción.
El mes pasado, lunes 20 de junio, dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados a tiros «mientras intentaban defender a un hombre que buscaba refugio en su iglesia». Javier Campos de 79 años y Joaquín Mora de 81 años, servían a una comunidad católica en el pueblo de Cerocahui en Chihuahua, un estado situado en el norte de México y área que es conocida por enfrentamientos entre los cárteles de la droga de acuerdo con Associated Press (AP). En mayo, un sacerdote católico fue asesinado en Tecate, ciudad situada al noroeste de Baja California; había estado administrando un hogar para migrantes.
«Los grupos criminales operan con impunidad en muchas partes del país», dijo Rossana Ramírez, analista de persecución de Puertas Abiertas World Watch Research. «Aquellos que participan en programas destinados a la transformación de la sociedad, son particularmente vulnerables a ser atacados, ya que son amenaza para los grupos que operan redes de tráfico de drogas y de personas, así como de otros delitos».
«Los grupos criminales operan con impunidad en muchas partes del país».
Cuba y la disidencia reprimida
En Cuba, cualquiera que exprese su inconformidad y sea un crítico del gobierno, corre el riesgo de ir a la cárcel. Es probable que el pastor protestante Lorenzo Rosales Fajardo, de la Iglesia Monte de Sion en la provincia de Palma Soriano, en Cuba, vaya a prisión por cargos relacionados con la participación en protestas pacíficas en julio del año pasado, después de que un tribunal rechazara su apelación (CSW), fue sentenciado a siete años de prisión por, «falta de respeto, agresión, incitación criminal y desorden público».
Miles de personas, incluidos pastores, salieron a las calles pidiendo democracia y reformas económicas, pero las repercusiones fueron inmediatas y violentas. El tribunal no sólo confirmó la sentencia del pastor Fajardo, sino también la de otras 14 personas que fueron arrestadas casi al mismo tiempo y condenadas por cargos relacionados con las protestas del año pasado informo la CSW.
La persecución indiscriminada en Nicaragua
Las iglesias y los cristianos en Nicaragua tampoco son del agrado del gobierno, particularmente después de las protestas del 2018 contra las reformas al sistema público de pensiones, en las que se considera que la iglesia dio apoyo a los manifestantes. Un Nuevo informe dice que, desde entonces, bajo el gobierno de Ortega, ha habido al menos 190 ataques contra Iglesias católicas, obispos y sacerdotes, según informó la Agencia Católica de Noticias.
El régimen, «inició una persecución indiscriminada contra obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosos, grupos laicos y hacia todo lo que tenga relación directa o indirecta con la iglesia católica», señaló CNA en el informe de la abogada Martha Patricia Molina Montenegro, miembro del Observatorio Pro-transparencia y Anticorrupción. Hay un aumento en los ataques, incluidos «acoso y amenazas en contra líderes de iglesias protestantes, así como la cancelación arbitraria del estatus legal de seis organizaciones religiosas católicas romanas y protestantes», informó la CSW. En mayo, Rolando José Álvarez Lagos, obispo de Matagalpa, quien ha criticado al gobierno abiertamente, inició una huelga de hambre para protestar por el acoso policial.
Rossana Ramírez añade: «El gobierno de Ortega no da tregua en su persecución en contra de la iglesia y su hostilidad se hace más evidente y frecuente; sucede en diferentes frentes, incluso tratando de manipular las actividades religiosas, pero la iglesia se mantiene firme en su compromiso social y no se rinde ante las amenazas en su contra. Cientos de organizaciones civiles se han visto obligadas a cerrar por el régimen. La jefa de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet advirtió el mes pasado, que el continuo deterioro de la situación de los derechos humanos ha provocado un éxodo de nicaragüenses en número sin precedentes, incluso mucho más alto que en los ochenta».
EDITORIAL
América Latina, la región de donde proviene por primera vez el Papa, aún tiene predominio católico: 59% de sus habitantes se declara como tal, según una encuesta de la organización Latinobarómetro en 18 países, divulgada en enero.
Pero esa mayoría ha disminuido de forma significativa desde el 80% registrado en 1996, mientras 19% de los latinoamericanos se definen como evangélicos.
Esto contrasta con lo que ocurría en 1970, cuando apenas 4% de la población regional era evangélica, de acuerdo al Pew Research Center.
En algunos países centroamericanos, como Honduras o Guatemala, el fenómeno se acentúa y los evangélicos prácticamente igualan o superan en porcentaje a los católicos.
«En muchas partes de la región, la Iglesia católica pierde poder y aumenta el poder de la evangélica.
Be the first to comment