Un arma nuclear táctica podría dar a Moscú el respiro operativo que lleva buscando desesperadamente desde hace meses.
Cada día que pasa, las perspectivas de la invasión rusa de Ucrania parecen más sombrías. El ejército ruso sigue sufriendo grandes bajas en una guerra para la que claramente no estaba preparado.
En las últimas tres semanas, el ejército ruso ha perdido miles de tropas y cientos de sistemas de armas, incluyendo tanques, vehículos blindados de transporte de personal, vehículos de combate de infantería, aviones, piezas de artillería y sistemas aéreos tácticos no tripulados.
Con este alto índice de bajas, el ejército ruso pronto perderá, si no lo ha hecho ya, la capacidad de llevar a cabo operaciones a gran escala de la envergadura y el alcance necesarios para cumplir los objetivos declarados por el presidente ruso Vladimir Putin. Esto tiene todo el potencial para resultar catastrófico para el dictador ruso, cuya credibilidad futura e incluso supervivencia dependen en gran medida de cómo termine la guerra.
Para evitar este resultado, el Kremlin tiene que hacer algo radical o revisar una vez más sus objetivos estratégicos en Ucrania.
¿Un ataque nuclear?
Sin embargo, radical no significa necesariamente el despliegue de un arma nuclear en Ucrania.
Un arma nuclear táctica podría dar a Moscú el respiro operativo que lleva buscando desesperadamente desde hace meses, pero podría costar mucho más en el plano estratégico.
Por un lado, lo más probable es que Rusia se convierta en un Estado paria y se una a países como Corea del Norte e Irán. Incluso es probable que China e India se distancien del país que lanzó un arma nuclear en un intento de salvar algo por su guerra de agresión a su vecino. Al fin y al cabo, China pretende sustituir a Estados Unidos como potencia mundial a largo plazo y, por tanto, no puede permitirse el lujo diplomático de no condenar el primer uso de armas nucleares desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Además, se desconocen las capacidades químicas, biológicas, radiológicas y nucleares (CBRN) de las fuerzas rusas, aunque a juzgar por la grave escasez incluso del kit más básico, como torniquetes y vendas, los militares rusos no estarán preparados para luchar en un campo de batalla “sucio”.
Así que, si el ejército ruso no puede aprovechar las ventajas operativas de un ataque nuclear táctico, entonces es mucho menos razonable que el Kremlin decida desplegar uno en Ucrania.
Sin duda, todo lo anterior depende de la suposición de que el Kremlin actuará como un actor razonable. A juzgar por la forma en que ha actuado hasta ahora en la guerra de Ucrania, eso está lejos de ser un hecho.
Be the first to comment