«¡Tú eres un religioso!»
Sí, sí lo soy, y abiertamente soy un hombre religioso. No me trago ni propago esa idea moderna de que «soy espiritual pero no religioso», ya que, no puedes ser una persona espiritual, si primero no eres una persona religiosa. La religión, la verdadera Religión, es la que nos liga a DIOS y nos encamina a la justicia, la caridad y la santidad. ¿Cuál es la verdadera Religión? El apóstol Santiago nos los dice:
«Si alguno se cree religioso, pero no refrena su lengua, sino que engaña a su propio corazón, la religión del tal es vana. La Religión pura y sin mancha delante de nuestro DIOS y Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y guardarse sin mancha del mundo» (Santiago 1:26-27).
La verdadera Religión, por lo tanto, es la suma de nuestros actos impulsados por una profunda reverencia y amor de DIOS. Nótese cómo lo pone Santiago: «La Religión pura ante nuestro DIOS y Padre …» Es decir, la verdadera Religión consiste en conocer y tener una relación íntima con DIOS, como la de un hijo con un padre amoroso. Y es en este conocimiento, que nace un nuevo conjunto de actitudes y comportamientos, que en última instancia, se manifiesta en un profundo cuidado y aprecio de nuestros semejantes, y así cumplimos toda Ley: porque amando a DIOS de todo corazón, entonces amamos a nuestro prójimo como el Señor nos manda. Esta es, verdadera Religión. Y estas son las cartas fundamentales de la fe Cristiana.
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