Antes de iniciar este estudio quiero que lean estos versículos para entender bien.
Por Daniel Nicolás Pastore.
2 de Crónicas 29:10 Ahora, pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira.
Esdras 10:3 Ahora, pues, hagamos pacto con nuestro Dios, que despediremos a todas las mujeres y los nacidos de ellas, según el consejo de mi señor y de los que temen el mandamiento de nuestro Dios; y hágase conforme a la ley.
Salmo 50:5 Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.
Pasajes como estos, son utilizados por ciertos individuos para sostener la anti bíblica práctica de inducir a los cristianos a hacer pactos de dinero para obtener el favor de Dios.
Lo primero que hay que tener en perspectiva, es que dichos pasajes tienen que ver con un contexto en donde estaba vigente el Antiguo Pacto condicional de la Ley, pacto que citamos a continuación:
Éxodo 19:5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Como podemos ver en ese antiguo pacto que fue hecho en el Monte Sinaí, hay un sí de por medio, es decir, Dios le refirió lo siguiente: si ustedes hacen esto, yo haré esto otro, a eso llamamos pacto condicional.
Y en los tres versículos que hemos citados, por ejemplo cuando Ezequías o Esdras u otro personaje del Antiguo Testamento hablaba de hacer pacto con Dios, lo que en verdad estaba expresando era que reconocía que había incumplimiento por parte de Israel, incumplimiento de la parte que a ellos les tocaba de aquel Pacto del Monte Sinaí.
En todos los casos se trataba de un compromiso a retornar a la obediencia. ¿Pero qué tiene que ver eso con los pactos que se promueven para comprar el favor de Dios con dinero? Nada absolutamente nada que ver, sino que estamos ante individuos que interpretan Las Escrituras como hombres naturales.
Y dicho sea de paso, el arminianismo ha preparado el camino para este tipo herejías, por cuanto quienes se adhieren al arminianismo, no llegan a entender que en esta dispensación de la gracia rigen los términos de un pacto incondicional en donde el cumplimiento de los términos de dicho pacto sólo dependen del poder y de la fidelidad de Dios para cumplirlos: Dios ya lo ha hecho todo, Él nos ha elegido, nos ha predestinado, nos ha llamado eficazmente, nos ha justificado, nos ha regenerado y sellado con su Santo Espíritu, e inexorablemente nos glorificará, y todo según el puro afecto de Su Voluntad.
Hebreos 8: 6 -13 dice:
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.
A todo lo expuesto, también agregaremos, que en el Nuevo Testamento, la Palabra inspirada de Dios, nos deja ver con toda la claridad que pretender comprar el favor de Dios con dinero es una abominación.
Hechos 8: 18- 21 dice:
Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.
Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón.
Tu dinero perezca contigo porque has pensado que el don de Dios se compra con dinero.
¡No se pueden hacer pactos con Dios!
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