Biden y su administración se rindieron: Médicos y hospitales cristianos ya no serán obligados a realizar cirugías trans

Agencia/Redacción

El martes se produjo un gran éxito legal para los hospitales y médicos que se basan en la fe, ya que la administración de Biden desistió de su esfuerzo por obligar a los profesionales médicos a llevar a cabo ciertos procedimientos, como las cirugías de transición de género, que no estaban de acuerdo con su conciencia.

Se estaba planteando un problema en relación a un fallo de la Corte de Apelaciones del Octavo Circuito en diciembre, el cual daba ventaja a una agrupación de médicos y hospitales católicos en la prevención de una directiva de la administración Biden.

Dicha directiva, emitida por el Departamento de Salud y Servicios Humanos, interpretó la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (conocida como Obamacare) de 2010 como una prohibición a la «discriminación por motivo de identidad de género» y requería, en consecuencia, que los médicos otorgaran «atención de afirmación de género».

El martes, se anunció por parte de la administración de Biden que no se presentaría recurso de apelación a la decisión tomada por el Octavo Circuito.

La coalición religiosa contó con la representación del grupo legal Fondo Becket para la Libertad Religiosa durante los procesos judiciales.

“Después de múltiples derrotas en los tribunales, el gobierno federal ha tirado la toalla en su controvertido mandato transgénero sin respaldo médico”, dijo Luke Goodrich, vicepresidente y asesor principal de Becket.

“Los médicos hacen un juramento solemne de ‘no hacer daño’, y no pueden mantener ese juramento si el gobierno federal los obliga a realizar procedimientos dañinos e irreversibles en contra de su conciencia y experiencia médica”, agregó.

Becket, en un comunicado de prensa, celebró que las recientes victorias legales protejan a los médicos y hospitales religiosos en todo el territorio de Estados Unidos de sanciones económicas millonarias por seguir sus convicciones religiosas, su conciencia y su criterio médico informado, además de promover una atención sanitaria compasiva y basada en pruebas.

El año pasado, el Octavo Circuito dictaminó que la normativa propuesta por Biden tendría un efecto significativo y perjudicial sobre la práctica religiosa.

En Twitter, Goodrich manifestó su satisfacción ante la decisión de no presentar apelación, considerándola como una excelente noticia.

“El administrador de Biden ha renunciado a cualquier apelación de la Corte Suprema sobre el mandato transgénero, y nuestra victoria es completa”, escribió.

“Es ILEGAL que los federales obliguen a los médicos religiosos a realizar transiciones de género en contra de la conciencia y el juicio médico”, finalizó.

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