“Reconocer el movimiento internacional cívico LGBT como una organización extremista y prohibir sus actividades en territorio de Rusia”, ha dictaminado el juez, Oleg Nefédov, según informa la agencia Interfax.
El demandante, el Ministerio de Justicia, ha expuesto que se han detectado “tendencias extremistas”, lo que incluye “la incitación al odio social y religioso”, en las actividades de dicho movimiento, informó Andrés Ramírez en su página oficial
En los últimos años, más de un centenar de organizaciones ya han sido calificadas de extremistas en Rusia y, por tanto, prohibidas; entre ellas están diversas ONG de derechos humanos, los Testigos de Jehová u organizaciones vinculadas al político opositor Alexey Navalny, quien también fue víctima de envenenamiento por parte de los servicios secretos rusos. A estas prohibiciones les siguieron numerosas detenciones y el cierre de cualquier espacio de diálogo o reunión, y muchos activistas se vieron obligados a huir al extranjero.
Pero nada de esto es una sorpresa. Rusia ya ha aprobado leyes que prohíben la promoción de relaciones sexuales “no tradicionales”, las operaciones de cambio de género o la modificación del mismo en los documentos. Como consecuencia de la llamada “ley contra la propaganda LGBT”, cualquier persona puede ser detenida por portar una bandera arcoíris.
Por su parte, amnistia internacional señalo que decisión del Tribunal Supremo de Rusia es, «vergonzosa y absurda» y eleva a un nuevo nivel la campaña de persecución de la comunidad homosexual en este país
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