Un cristiano perseguido en China aprovechó un interrogatorio para evangelizar a los policías, momento que ocurrió después de que la policía registrara su casa y lo llevara a la comisaría por poseer material cristiano.
La familia de Bolin ya estaba acostumbrada a enfrentar la persecución del gobierno comunista, ya que su padre y hermana sufrieron interrogatorios y golpes por dirigir una iglesia en casa. A pesar de las dificultades, los cristianos permanecieron firmes en su fe.
Bolin y su familia dirigían una iglesia de creyentes de minorías étnicas en una zona mayoritariamente budista, lo que explicaba la presencia de material considerado ilegal. Durante un entrenamiento en línea de la Misión Puertas Abiertas, la policía llegó a su casa con una orden de registro y confiscó todos los materiales.
“Estaba un poco nervioso porque nos pidieron que no nos moviéramos. Me quitaron el teléfono. Pero aun así intentamos demostrar que cooperamos de forma proactiva”, recordó Bolin.
Sin embargo, vio esta situación como una oportunidad de evangelización y mantuvo una actitud de cooperación con las autoridades.
“Dentro de la sala de interrogatorios había dos fiscales: uno hacía preguntas y el otro tomaba notas en un papel. También había una grabadora sobre la mesa. Me dije a mí mismo afrontar el interrogatorio con corazón tierno y reverente y convertirlo en una oportunidad para la evangelización”, dijo.
“Muchas veces imaginé que podría estar en esta situación con la policía, pero nunca pensé que podría afrontarla. Estoy agradecido por el coraje que Dios me ha dado. Cuando llegó el interrogatorio, sentí que su gracia era más que suficiente para mí”, añadió.
En la comisaría, durante el interrogatorio, Bolin decidió compartir el Evangelio con los policías. A pesar de las preguntas detalladas sobre su predicación, el cristiano se mantuvo firme en su fe. Después de una investigación de tres meses, las autoridades decidieron no sancionarlo, considerando que fue un acto de intervención divina.
“No sólo logré quedarme en esta zona, sino que también me devolvieron todo lo que me confiscaron, entre ellos dos cajas de folletos evangélicos y más de cientos de CD con contenido cristiano al final. Nunca antes había oído que sucedieran cosas similares. Para mí esto fue un milagro”, afirmó.
La perseverancia de Bolin en su predicación a pesar de la persecución demostró su determinación y dedicación a la misión de Dios. Afirmó que seguirá compartiendo la Buena Nueva, sin importar las pruebas que enfrenta. Además, destacó que su conducta no representaba un peligro para la sociedad.
“También les dije mi determinación y postura: soy cristiano. Debo compartir el Evangelio porque esta es la misión de Dios para nosotros. Si alguien me prohíbe predicar aquí, me iré a otro lado. Si no me permiten compartir el Evangelio durante el día, lo haré por la noche. Si no me dejan reunirme de día, lo haré de noche. Estoy dispuesto a pagar el precio. Además, no hice nada que pusiera en peligro a nuestra sociedad”, destacó.
La creciente persecución de los cristianos en China es una preocupación, ya que el país está en la posición 19 en la Lista Mundial de Persecución 2024 de Puertas Abiertas. El régimen de Xi Jinping ha sido responsable de la detención arbitraria de varios pastores, así como de informes de torturas y malos tratos a cristianos, violando así su derecho a la libertad religiosa.
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