¿Qué dice la Biblia sobre ser de duro cerviz?

Ser de dura cerviz es ser terco y difícil de controlar. A menudo la Biblia usa esta figura retórica para describir la actitud de Israel con Dios (por ejemplo, Éxodo 33:3; Deuteronomio 9:13; Nehemías 9:16; Hechos 7:51). Originalmente, el término se utilizaba para describir a un buey que se negaba a dejarse guiar por el cabestro del granjero. Cuando un agricultor enganchaba una yunta de bueyes a un arado, los dirigía pinchándolos suavemente con una aguja afilada en los talones o en el cuello para que tomaran velocidad o giraran. Un buey que se resistía a ser dirigido de esa manera por el agricultor era llamado «de dura cerviz». Un animal (o persona) de dura cerviz no quiere girar la cabeza para seguir otro camino.

Los israelitas conocían bien el término dura cerviz, por eso, cuando el Señor lo usó para describirlos, entendieron el mensaje. Todo agricultor entendía muy bien la frustración de intentar arar un campo o transportar un carro cuando el buey era de dura cerviz. Un buey que no se dejaba guiar era inútil para cualquier trabajo. Un buey de dura cerviz era una gran decepción, ya que no cumplía con la tarea que debía realizar. Cuando el pueblo escogido por Dios se negó a amarlo, a honrarlo y a obedecerlo, no estaba viviendo el propósito para el cual Dios lo escogió como Suyo (ver Isaías 41:8-9; Jeremías 7:23-24; Éxodo 19:5-6). Dios les dejó en claro Su voluntad a los israelitas, y su desobediencia fue justamente llamada «dura cerviz» y «corazón duro». Mientras Israel se rebelaba contra Dios, ignoraba las «agujas. que Dios usaba para intentar redireccionarlos.

Esteban, el primer mártir cristiano, utilizó el término dura cerviz cuando les dijo a los judíos que habían asesinado a su Mesías. Dijo: «¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores» (Hechos 7:51-52). Por decir la verdad, Esteban murió apedreado.

Todos los seres humanos fueron creados a la imagen de Dios (Génesis 1:27) con el propósito de reflejar Su gloria mientras vivimos en comunión con Él. Pero, después de que Adán pecó en el Jardín, todos queremos seguir nuestro propio camino (Romanos 5:12). Dios envió a Su Hijo para que pagara el precio de esa rebelión y, sin embargo, millones de personas siguen rechazando Su invitación (2 Corintios 5:21; Juan 3:16-18). Aquellos que tienen la oportunidad de conocer a Dios pero que, en vez de eso, se sirven a sí mismos, siguen el ejemplo de Israel al ser «de dura cerviz» (Hebreos 3:7-12).

Dios promete guiar los que lo aman, y les pide no ser de dura cerviz:

«Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti» (Salmo 32:8-9).

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