La Biblia dice que Dios desea que ofrendemos con alegría y generosidad siguiendo su propio ejemplo. Dios da a todos «generosamente sin menospreciar a nadie» como dice Santiago 1:5. Él «hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos» (Mateo 5:45). Por lo tanto, nosotros debemos dar nuestras ofrendas a Dios como muestra de gratitud ante todo lo que él nos da. También debemos dar a los demás siguiendo el ejemplo de Dios.
Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes.
(2 Corintios 9:7-8)
Propósito de las ofrendas
Podemos decir que las ofrendas tienen, por lo menos, 4 propósitos:
1. Mostrar nuestra fe y confianza en Dios y en su provisión
La ofrenda es un acto de reconocimiento ante Dios de que todo lo que tenemos le pertenece a él. Nosotros no somos los dueños. Dios es el dueño y nosotros administramos lo que él nos provee. Cuando ofrendamos, lo hacemos con la confianza de que él es fiel y continuará proveyendo para cubrir todas nuestras necesidades.
No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos”. Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza.
(Deuteronomio 8:17-18a)
El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios.
(2 Corintios 9:10-11)
2. Sostener obreros cristianos y personas en el ministerio
Lucas 8:1-3 habla de algunas mujeres que contribuían al sostenimiento de Jesús y los discípulos. Ellas daban de lo que tenían para ayudarlos a cumplir con su ministerio. En Filipenses 4:10-20 también leemos sobre la iglesia de Filipos y otras iglesias que apoyaban a Pablo en su ministerio.
Esos dos ejemplos nos ayudan a entender cómo las ofrendas contribuyen al sostenimiento de personas que se sienten llamadas a llevar la Palabra de Dios a otros. Nosotros podemos marcar una diferencia al apoyar a otros con nuestras ofrendas.
Ya he recibido todo lo que necesito y aún más; tengo hasta de sobra ahora que he recibido de Epafrodito lo que me enviaron. Es una ofrenda fragante, un sacrificio que Dios acepta con agrado. Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:18-19)
Los ancianos que dirigen bien los asuntos de la iglesia son dignos de doble honor, especialmente los que dedican sus esfuerzos a la predicación y a la enseñanza. Pues la Escritura dice: «No le pongas bozal al buey mientras esté trillando», y «El trabajador merece que se le pague su salario».
(1 Timoteo 5:17-18)
3. Ayudar a los pobres y necesitados
Dentro de sus posibilidades, la iglesia debe atender las necesidades no solo de sus miembros sino también de otras personas de la comunidad. Tal como lo hizo la primera iglesia, es importante ayudar a los miembros de la familia cristiana con la provisión de sus necesidades básicas.
La iglesia debe ser ejemplo de generosidad cuidando de sus miembros y bendiciendo a la comunidad en la que se encuentra.
Por ahora, voy a Jerusalén para llevar ayuda a los hermanos, ya que Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los hermanos pobres de Jerusalén. Lo hicieron de buena voluntad, aunque en realidad era su obligación hacerlo. Porque, si los gentiles han participado de las bendiciones espirituales de los judíos, están en deuda con ellos para servirles con las bendiciones materiales.
(Romanos 15:25-27)
Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la comunidad.
(Hechos 4:32-34a)
Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.
(Gálatas 6:2)
4. A Dios le agrada que seamos generosos
Ofrendar también muestra nuestro deseo de agradar a Dios. Él nos llama a ser generosos y se alegra cuando vivimos con un corazón dador usando los recursos que él nos provee para bendecir a otros. Al enfocarnos en las necesidades de los demás podemos ver con más claridad la provisión de Dios en nuestras vidas y crecemos en agradecimiento para con Dios.
No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios.
(Hebreos 13:16)
Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.
(Lucas 6:38)
La ofrenda que agrada a Dios
Más que la ofrenda en sí, a Dios le interesa la actitud con la que ofrendamos. Él desea que ofrendemos en obediencia a él, conforme a lo que él ha dicho y que lo hagamos de forma voluntaria y con alegría. Encontramos un buen ejemplo en David y el pueblo de Israel. Ellos llevaron abundantes ofrendas voluntarias para la edificación del templo. Ellos reconocían el señorío de Dios y ese conocimiento los llenaba de gozo.
El pueblo estaba muy contento de poder dar voluntariamente sus ofrendas al Señor, y también el rey David se sentía muy feliz.
(1 Crónicas 29:9)
Pero ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos darte estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido.
(1 Crónicas 29:14)
La ofrenda que Dios rechaza
Dios deja claro que a él no le agradan las ofrendas que son dadas por tradición o costumbre y que no van acompañadas por un corazón obediente y misericordioso lleno del deseo de glorificarlo a él. En Isaías 1:10-17 Dios dice que está harto de esas ofrendas. Él aparta sus ojos de las ofrendas que fluyen de vidas que no están consagradas a él.
En Malaquías 1:9-14 vemos también que Dios rechaza las ofrendas que no fluyen de una adoración profunda y sincera. Dios tampoco acepta sobras ni se conforma con cualquier cosa. A Dios debemos darle lo mejor y lo primero, reconociendo siempre su grandeza, su poder y nuestra necesidad de él.
No me sigan trayendo vanas ofrendas; el incienso es para mí una abominación.
Luna nueva, día de reposo, asambleas convocadas; ¡no soporto que con su adoración me ofendan!
(Isaías 1:13)
¡Lávense, límpiense! ¡Aparten de mi vista sus obras malvadas!
¡Dejen de hacer el mal! ¡Aprendan a hacer el bien!
¡Busquen la justicia y reprendan al opresor! ¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!
(Isaías 1:16-17)
Las ofrendas en el Nuevo Testamento
¿Qué dice el Nuevo Testamento sobre las ofrendas? Algunas de las menciones que se hacen son las siguientes.
- Mateo 5:23-24: La obediencia a Dios es importante. Él nos llama a hacer el esfuerzo de estar en paz con los demás antes de ofrendar.
- Lucas 21:1- 4: Jesús resaltó la ofrenda de una viuda que echó todo lo que tenía mientras los demás ofrendaban sobras.
- Hechos 20:35: Dar es una dicha y un privilegio, sobre todo cuando ayudamos a los necesitados.
- Hechos 2:44-45: La iglesia primitiva se destacaba por su unidad y cómo compartían sus bienes para suplir las necesidades de todos.
- Romanos 12:1: La ofrenda no es solo algo económico. Nuestras vidas y nuestros cuerpos deben ser ofrendas al Señor, viviendo en santidad y obediencia.
- 2 Corintios 9:6-7: Debemos dar (o sembrar) abundantemente y con alegría.
- Efesios 5:2: Cristo, el mejor ejemplo de ofrenda y sacrificio agradable ante Dios.
- Hebreos 13:15: Es una ofrenda de alabanza a Dios cuando confesamos el nombre de Jesús con nuestros labios.
- Hebreos 9:11-14: Cristo, la ofrenda perfecta, el sacrificio perfecto a través del cual fuimos reconciliados con Dios.
- Hebreos 10:12-14: El sacrificio de Cristo nos santificó, nos limpió de nuestros pecados.
- 1 Pedro 2:5: Al acercarnos a Cristo pasamos a ser sacerdocio santo que ofrece sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
Ofrendas mencionadas en el Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento se mencionan varios tipos de ofrendas o sacrificios.
- Éxodo 25:1-7: ofrendas voluntarias para el tabernáculo.
- Éxodo 12:21-27: el cordero de la Pascua, el sacrificio de la Pascua del SEÑOR.
- Levítico 1:1-17; Levítico 6:8-13: ofrenda de propiciación, el holocausto a Dios. Era una ofrenda voluntaria.
- Levítico 2:1-16: la ofrenda de cereal. Era una ofrenda voluntaria.
- Levítico 3:1-17 y 7:1-11: la ofrenda de paz o la ofrenda de comunión. Era una ofrenda voluntaria.
- Levítico 4:1-35 y 5:1-19: la ofrenda expiatoria por el pecado. Era una ofrenda obligatoria.
- Levítico 6:1-7: la ofrenda por la culpa u ofrenda expiatoria por diversos pecados. Era una ofrenda obligatoria.
- Esdras 3:4-5: otros tipos de ofrendas por fiestas solemnes.
- Amós 4:5: pan leudado como ofrenda de gratitud voluntaria.
¿Quiénes debían llevar las ofrendas al Señor? Todos los del pueblo de Israel debían llevar ofrenda ante el Señor, según Dios los había bendecido.
Cada uno llevará ofrendas, según lo haya bendecido el Señor tu Dios.
(Deuteronomio 16:17)
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