Israel y Hamás vuelven a la mesa de negociaciones para la liberación de rehenes, entre ellos algunos estadounidenses. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insiste en mantener los principios ya acordados por Israel.
Netanyahu cree que el plan aprobado por Israel y apoyado por el presidente Joe Biden permite el regreso de los rehenes sin poner en peligro los objetivos de la guerra.
Sus principios innegociables incluyen:
– La capacidad de Israel para reanudar los combates
– Poner fin al contrabando de armas desde Egipto hacia Hamás
– Maximizar el número de rehenes vivos liberados por Hamás
En Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel llevaron a algunos periodistas extranjeros al interior de Rafah, escenario de dos meses de combates.
El portavoz principal de las FDI, el contralmirante Daniel Hagari, explicó: «Hamás construyó todo en un barrio civil entre casas, entre mezquitas, entre la población, con el fin de crear su ecosistema terrorista. Esto forma parte del marco militar de la Brigada Rafah».
En el norte, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, recorrió la frontera con el Líbano y afirmó que lo que ocurra en Gaza no afectará a la lucha contra Hezbolá.
«Aunque lleguemos a un acuerdo sobre el asunto de los rehenes, y tengo muchas esperanzas de que podamos llegar a uno en el sur, eso no afectará lo que está sucediendo aquí», afirmó Gallant,
quien también advirtió que Israel no permitirá que el grupo terrorista ataque continuamente el norte de Israel e impida que unos 80 mil ciudadanos regresen a sus hogares.
«Si vienen a atacarnos, o si intentan hacernos daño, o si no nos permiten devolver a nuestros ciudadanos sanos y salvos a sus hogares, actuaremos», dijo Gallant.
Hezbolá lanzó más ataques en el norte este fin de semana. El domingo, llevó a cabo su ataque más profundo contra Israel hasta el momento, con unos 20 cohetes cerca del Mar de Galilea. Si bien varios fueron interceptados, uno hirió gravemente a un civil.
También este fin de semana, el patrocinador de Hezbolá, Irán, anunció que un llamado moderado, Masoud Pezeshkian, cirujano cardíaco y legislador de larga trayectoria, derrotó a un partidario de la línea dura para convertirse en el próximo presidente de Irán.
La analista nacida en Irán Ellie Cohanim escribió en X: «Llamar ‘moderado’ a cualquiera en el régimen significa que sólo torturarán y asesinarán ‘moderadamente’ a la oposición».
Cohanim también señaló que el poder máximo en Irán reside en el líder supremo, el ayatolá Jamenei.
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