Encontrando el equilibrio entre la fe y la razón
Por: Andrés Ramírez P/ DIRCOM
Hoy en día muchos predicadores cometen el error de, ser lo suficientemente literalistas como para crear un margen entre lo físico y lo espiritual, lo teológico y lo filosófico, como si se tratara de planos antagónicos entre sí, que están condenados a nunca converger pese a que estos, son resultado de la inmensa e infinita sabiduría de Dios.
De este modo no se puede separar la teología de la filosofía como tampoco de la ciencia. No todo obedece a asuntos de carácter espiritual directamente, como tampoco todo tiene su respuesta en la ciencia. Me refiero específicamente a, hechos o vicisitudes que pasamos los cristianos tales como: Enfermedades, tragedias, muerte de seres queridos o cualquier hecho que podamos interpretar como catastrófico, la lista bien podría ser muy larga.
El no entender lo anterior es lo que hace diferencia entre una fe equilibrada y el fanatismo o dogmatismo teológico.
Algunas doctrinas carecen de postulados fundamentados, es entonces cuando se articulan mediante dogmas. En otras palabras, una o varias ideas cuya veracidad no es puesta en cuestión, e incluso podría dar como resultado una falsa doctrina o peor aún una corriente herética.
El dogmatismo teológico es aquel que interpreta con literalidad las escrituras sin aplicar el sano juicio de la hermenéutica(Hermenéutica bíblica es la ciencia de la interpretación aplicada a los libros y epístolas de la Biblia, es decir, la interpretación de los documentos bíblicos o exégesis bíblica.) Es por esto que deben en calidad de maestros de las escrituras, entender el contexto y sentido histórico de la biblia para no interpretar literalmente un hecho, o principio escritural.
El mismo Apóstol Pablo fue inspirado por filósofos griegos, y no escatimó en hacer referencia de algunas de sus frases en sus cartas, por otro lado, Jesucristo hizo analogías hasta de carácter político que aún hoy en día, son mal interpretadas por un sector evangélico.
Cito un ejemplo: “Todo lo puedo en Cristo amén”. No, no todo y dicho pasaje tiene un contexto que debe ser enseñado con equilibrio y juicio. Cuando el apóstol dice: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece», está hablando de contentamiento. Él había aprendido a depender de Cristo y estar alegre sin importar lo que estuviera pasando. Esto es lo que debemos aprender de este versículo, y lo que estamos llamados a imitar de Pablo. Por esa misma razón él escribe en el versículo 9: Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. No podemos hacer todo lo que nos determinemos aún si es en el nombre de Cristo, pues todas las cosas están sujetas a Él y nuestras limitaciones debido a que nuestra naturaleza adámica nos lo impide.
¡Equilibrio iglesia, equilibrio!
Al no tener el equilibrio en todos estos temas, se ha causado mucho daño al pueblo de Dios, y esto lleva años. Pero creo que Dios levanta una nueva generación que se mantenga pura en su palabra.