SEO de páginas web: Herejías disponibles en Google

Una reflexión sobre cómo la Optimización de Motores de Búsqueda (SEO) puede promover herejías entre quienes quieren conocer más de Dios.

El sitio cristiano BITE, probó el posicionamiento de páginas web de sectas como los testigos de Jehová y los mormones con resultados en tiempo real. Desde diferentes países latinoamericanos (México, República Dominicana, Panamá, Colombia y Chile), escribimos en Google cuatro preguntas teológicas fundamentales para la fe cristiana, con el objetivo de comprobar si obtendríamos resultados similares en los diferentes servidores.

Aquí hay algunos de esos resultados:

  • Respecto a “¿Cuál es la naturaleza de Dios?”, en la mayoría de los países dos de los tres resultados mejor posicionados correspondían a las páginas oficiales de los mormones y de los testigos de Jehová. 
  • En cuanto a “¿Qué va a pasar al final de los tiempos?”, encontramos que la web oficial de los testigos de Jehová apareció en casi todos los países como el segundo o el tercer resultado mejor posicionado.
  • Cuando buscamos la pregunta “¿Quién es Jesús?”, pudimos ver que en casi todos los países el sitio oficial de los mormones aparecía de primero o segundo.
  • Al consultar “¿Cuál es la revelación de Dios?”, hallamos que el segundo resultado mejor posicionado pertenecía a la página web oficial de los mormones en la mayoría de los países.

Ahora ¿es realmente tan grave lo que los testigos de Jehová y los mormones creen acerca de estas preguntas teológicas? En realidad, sí. Por ejemplo, al hablar sobre la naturaleza de Dios, la página de los testigos de Jehová afirma lo siguiente: 

Dios no es omnipresente, es decir, no está en todas partes, como si fuera una energía o fuerza impersonal. Las palabras de Jesús que leemos en Mateo 6:9 y 18:10 muestran que es una persona —un Padre— y que vive en los cielos (…) después de morir, [Jesús] resucitó convertido en un espíritu y ascendió al cielo.

El pastor Nicolás Osorio le explicó a BITE el problema con esa afirmación:

Una persona que esté buscando esto por primera vez y encuentre estas ideas, sobre todo al ver que se cita la Biblia, va a pensar que es verdad, cuando en realidad es totalmente contrario a la Palabra de Dios. La omnipresencia de Dios es una de las características esenciales de lo que lo hace Dios mismo. Él está en todas partes porque es el Creador de todo, conoce perfectamente cada detalle de Su creación, y está presente en todo lo que sucede en Su creación. El salmista pregunta: “¿adónde huiré de Tu presencia?” (Sal 139:7, NBLA) y su respuesta es “a ninguna parte”. 

Por supuesto, esta afirmación sobre la resurrección es terrible, porque si Jesús no resucitó físicamente, entonces nuestra esperanza no tiene sentido, y eso es justamente lo que Pablo dice en 1 Corintios 15:14: “Si Cristo no ha resucitado… vana [es] la fe de ustedes” (NBLA). De hecho, el apóstol se enfoca en el concepto de “cuerpo”, y dice que hay un cuerpo celestial y un cuerpo terrenal. Nuestra esperanza es corpórea y por eso vamos a ser transformados: no esperamos que, en un abrir y cerrar de ojos, nos volvamos espíritus, sino que seremos transformados en un cuerpo redimido, hecho a la imagen del cuerpo de Cristo, que es el cuerpo celestial.

Con respecto a los últimos tiempos, la misma web de los testigos de Jehová también afirma que los sucesos bíblicos se cumplen en fechas específicas de los tiempos modernos: 

¿Vivimos en “los últimos días”? Sí. Los sucesos mundiales y la cronología bíblica muestran que los últimos días comenzaron en 1914, el año en que empezó la Primera Guerra Mundial (…) En 1914, el Reino de Dios empezó a gobernar en el cielo. Una de las primeras cosas que hizo fue expulsar de allí al Diablo y sus demonios.

Osorio explicó el problema con esa perspectiva sobre los últimos días:

Esa fecha no  tiene ningún sustento bíblico. Me llama la atención que citan Apocalipsis, porque ellos dicen algo que es verdad: la expulsión del diablo sí aparece en la Biblia. Sin embargo, en ninguna parte dice que eso sucede en 1914. 

Ahora, la Biblia sí es muy clara en decir cuándo comienzan los últimos tiempos. En Pentecostés, cuando desciende el Espíritu Santo, Pedro explica qué es lo que está pasando a la gente que no lo entiende. Él dice: “Esto es lo que dijo Joel”, y comienza la profecía de Joel diciendo: “En los últimos días, derramaré mi Espíritu”. Así, el efecto inmediato que tuvo la obra de Cristo fue la inauguración de los últimos días. Por eso Pablo también le dice a Timoteo que en los últimos días vendrían muchos engaños (2Ti 3:1), lo cual ya estaba ocurriendo en la iglesia de ese tiempo. No se trataba de algo futuro, sino de algo que él ya estaba enfrentando en su ministerio.

Nicolás Osorio. / Imagen: Muestra cristo, vía Facebook.

Por su parte, la página oficial de los mormones afirma lo siguiente acerca del ministerio de Jesús: 

También ministró entre Sus ‘otras ovejas’ (Juan 10:16) en la antigua América. En el mundo moderno, Él y Su Padre aparecieron al joven Joseph Smith, iniciando así la largamente prometida ‘dispensación del cumplimiento de los tiempos’ (Efesios 1:10)’.

Osorio nos contó la gravedad de afirmar que Jesús vino a la antigua América:

Esa afirmación contradice el propósito de Jesús con Su iglesia. En Hechos 1, nuestro Señor les dice a Sus discípulos: “Serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hch 1:8, NBLA). El apóstol Pablo le escribe a los romanos que tenía el deseo de ir hasta los confines de la tierra, pues para él, esos confines estaban en España. Jesús dejó a Su Espíritu para llevar a cabo esa tarea a través de esos discípulos que iban por el mundo. Entonces, si Él vino después a la antigua América, nada de lo que hizo en Hechos tiene sentido.

Así, lo que afirman los mormones contradice la pneumatología bíblica, la eclesiología bíblica, las misiones e, incluso, la escatología bíblica. Jesús se va y les dice a Sus discípulos que no tomará nuevamente la copa sino hasta que vuelva a estar con ellos, dándoles a entender que no volvería sino después de que todo se cumpliera. 

Finalmente, también hay una contradicción con la suficiencia de la Biblia: si se le apareció a un joven llamado José Smith, al igual que hizo con Pablo, entonces este hombre sería un apóstol y sus escritos tendrían que guardarse para la iglesia. Sin embargo, evidentemente vemos que no están en la Biblia.

También encontramos en la página de los mormones que, de acuerdo con sus creencias, la revelación de Dios viene a las personas hoy de diversas formas distintas a la Biblia: 

Las Escrituras hablan de diferentes tipos de revelación, como visiones, sueños y visitas de ángeles. A través de esos medios, el Señor ha restaurado Su Evangelio en los últimos días y ha revelado muchas verdades. No obstante, la mayoría de las revelaciones que reciben los líderes y miembros de la Iglesia se producen mediante los susurros del Espíritu Santo.

Según Osorio, dicha afirmación desafía frontalmente la enseñanza bíblica:

El lenguaje que ellos usan lo utilizó el autor de Hebreos: “Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por Su Hijo” (Heb 1:1-2, NBLA). Ahí vemos que los sueños y las otras formas de revelación se usaron en la antigüedad, pero que ahora hay una forma superior.

En toda la carta, el autor de Hebreos quiere decirnos que la revelación de Dios se dio por medio de Su Hijo, quien es nuestro Señor Jesucristo, suficiente y superior. Es superior a ángeles, a la revelación del Antiguo Testamento, a Moisés y los profetas, porque Él es la imagen misma de la sustancia de Dios, es Dios mismo hecho hombre, y vino a hablar la Palabra de Dios, siendo Él mismo el mensaje de Dios para Su pueblo.

La página oficial de los mormones, la cual está muy bien posicionada por el SEO, afirma que Jesús dio enseñanzas distintas a las registradas en la Biblia. / Foto: Canva

¿Cómo enfrentar la herejía digital?

El ejercicio que realizamos para este artículo es limitado. Faltaría revisar las páginas web de los católicos, de las iglesias de la prosperidad y de otras religiones. También se podrían buscar otras preguntas fundamentales para la fe cristiana. Aun así, hemos comprobado que hay sitios digitales que contienen herejías y están muy bien posicionados en Google. Es posible que esto desvíe a quienes quieren conocer de Dios. Entonces, ¿qué debería hacer la iglesia al respecto? 

De acuerdo con las declaraciones de algunos pastores a los que consultamos, creemos que hay, al menos, cuatro formas en las que la iglesia debería actuar.

1. Primero, es importante ser sabios a la hora de navegar en internet. Así lo explicó Mario Estrada, director de Coalición por el Evangelio:

El internet es un medio de comunicación excelente, neutro en sí mismo, pero puede ser utilizado para bien o para mal. Lamentablemente, como humanidad, tendemos a usar las cosas para fines ilícitos; aunque por la gracia de Dios no siempre es así, esa es la tendencia común. La pandemia que vivimos en los últimos años demostró cuán expuestos estamos al internet, incluyendo los creyentes; no somos ajenos a esto. Por eso, los cristianos debemos ser particularmente sabios al usar el internet. Debemos estar prevenidos de que, así como podemos adquirir muy buena información y herramientas al navegar por la red, ese mismo medio es utilizado por personas que están equivocadas (conscientemente o no) en su entendimiento de la Palabra de Dios.

El internet es un medio de comunicación excelente, neutro en sí mismo, pero puede ser utilizado para bien o para mal. / Foto: Unsplash

2. Segundo, es fundamental que el creyente se apoye en sus pastores a la hora de buscar respuestas acerca de Dios y la Biblia. En palabras de Osorio:

Los creyentes, sobre todo los más nuevos, están ávidos de entender: de responder preguntas, de hecho, muy básicas. Pero, como no tienen la sabiduría para reconocer dónde encontrar esa información, pueden caer fácilmente en falsas doctrinas. Entonces, es importante que sean sabios, y la mejor forma de usar esa sabiduría es a través de sus pastores. Hebreos 13 llama a los creyentes a dejarse guiar por sus pastores, pues ellos son sus guías y darán cuenta por sus almas. 

3. Tercero, es importante proveerle información correcta a la iglesia, tanto desde el discipulado eclesial interno, como desde la creación constante de contenido que contrarreste las herejías y responda a las preguntas de las personas. Así lo explicó el pastor Jacobis Aldana:

Jacobis Aldana.

Siempre he pensado que el internet es un agujero oscuro en el que te puedes encontrar algunas perlas, pero también en el que te puedes encontrar algunos escorpiones. El punto es que esto se vuelve peligroso cuando los escorpiones se parecen a las perlas y cuando tú no sabes si lo que estás tomando en la mano es una perla o un escorpión. ¿Qué sucede cuando esos escritos sutiles empiezan a cuestionar aspectos que ya fueron condenados como herejía? ¿Qué pasa cuando no podemos saber si lo que dicen es cierto o no?

Ahí es donde está realmente el peligro. Debemos entrenar a nuestra iglesia para eso, pero al mismo tiempo, debemos proveer recursos que puedan responder con verdad, que puedan ser una gran base de datos de verdad. Una cosa es cierta: nosotros no vamos a poder quitar esa información errada de los servidores de internet. Así, necesitamos guiar a nuestra iglesia a través del discipulado, animando a las personas a consultar a sus hermanos maduros y sus pastores. Pero también necesitamos ser propositivos. ¿Cómo podemos dar un paso en la dirección de nuevos contenidos que ayuden a las personas en la web?

4. Finalmente, es fundamental que la iglesia considere el SEO y la creación de contenidos como una herramienta clave en la expansión del evangelio en el siglo veintiuno. En palabras de Estrada: 

La iglesia debe utilizar cualquier herramienta para la expansión del evangelio, siendo sensible particularmente a las que sean de más impacto para el avance del mismo en su momento histórico. Esto es lo que ha sabido hacer el pueblo de Dios en la historia, ya sea a través de la escritura manual, en la cual se dio originalmente la Biblia; a través de la imprenta, que fue clave después de la época medieval y durante el tiempo de la Reforma; o a través de los medios electrónicos digitales y en línea, propios de las últimas décadas.

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