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Dos semanas después del paso del huracán Helene, que dejó más de 220 muertos en Estados Unidos y una estela de devastación en cinco estados, los estadounidenses se preparan ahora para enfrentarse al riesgo de otro fenómeno aún más destructivo, denominado huracán Milton.
Durante un evento evangelístico en Colorado, Will Graham, hijo de Franklin Graham, expresó su pesar por la destrucción y las muertes ocasionadas por el huracán Helene, transmitiendo un mensaje de esperanza a más de 5,500 personas que se reunieron tanto de manera presencial como virtual.
“Pienso en mis amigos en casa que en este momento se encuentran sin hogar, electricidad ni agua. Esto me afecta profundamente, así que si me ven quitándome la bufanda, no es porque esté enferma; simplemente estoy emocionada”, compartió.
Will Graham también aprovechó la ocasión para ofrecer algunos consejos a los estadounidenses, a raíz de la advertencia del presidente Joe Biden, quien el martes (08) declaró el estado de emergencia en Florida, donde se prevé que el huracán Milton impacte en los próximos días.
“Les dije que pasamos por este huracán y por eso hay muchas señales de alerta, como no cruzar el puente por las inundaciones; tenga cuidado con las líneas eléctricas caídas; tenga cuidado con las inundaciones repentinas; y buscar terrenos más altos en caso de inundaciones”, dijo.
El nieto de Billy Graham también utilizó la ocasión para meditar sobre lo efímera que es la vida, señalando que muchos de aquellos que perdieron la vida en desastres naturales no esperaban partir de manera abrupta.
A partir de esto, el evangelista instó a la necesidad de buscar a Dios de manera continua, de modo que estemos siempre listos para enfrentar cualquier situación, sin importar dónde surja.
“Nunca pensaron que esa noche del huracán sería la última. Nunca tenemos garantizado el mañana. Por eso esta decisión es tan importante ahora. Esta tormenta me ayudó a darme cuenta de este hecho”, destacó el evangelista, según CBN News.
Después de una profunda reflexión, muchas personas decidieron aceptar a Jesucristo como su único y verdadero salvador, evidenciando que los estadounidenses anhelan una conexión con Dios, incluso en medio del temor ante la llegada de un nuevo y devastador huracán.
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