Ese «nuevo orden multipolar» se concentra cuando menos en cinco nuevos «polos» conocidos por sus iniciales en el acrónimo BRICS, es decir, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica
Por: Jorge Fernández Díaz
La escalada bélica en Ucrania está un tanto opacada por la guerra en Gaza, entre Irán e Israel, con Hamás de «intermediario» entre ambos. Es una situación similar a la que dirimen EE UU y Rusia, con Ucrania como escenario de las operaciones militares. Pero lo cierto es que ambas guerras son capítulos de una misma y única Tercera Guerra Mundial, que ya no es convencional y frontal como las dos anteriores. La explicación acerca del porqué la actual no es a «cara descubierta» y sin intermediarios entre Occidente liderado por EE UU, y el resto, es muy sencilla de adivinar con tan solo observar como concluyó la Segunda: con el lanzamiento por EE UU de sendas bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Hoy, una Tercera Guerra como las dos anteriores literalmente significaría una «destrucción mutua asegurada», una DMA, acrónimo que sustentaba la guerra fría, impidiendo pasara a ser «caliente» entre 1945 y 1991 con la desaparición de la URSS. Desde esa fecha de finales de 1991 hasta febrero de 2022, la geopolítica mundial ha estado liderada por Occidente con EEUU al frente, pasando por diversas etapas de mayor o menor intensidad de ese mando; hasta que China adquirió la mayoría de edad de su poder económico, tecnológico y militar. Ese momento se oficializó en febrero de 2022, tras los JJOO de invierno celebrados en Pekín, mediante un Tratado bilateral de cooperación reforzada entre China y Rusia, calificado de «histórico» por sus firmantes, Xi Jinping y Vladimir Putin.
En él expresan su decidida voluntad de acabar con el orden mundial vigente desde la desaparición de la URSS, monopolizado por la economía y los valores de Occidente, para dar paso a un nuevo orden mundial «multipolar». Ese histórico Tratado fue firmado por ambos dignatarios y a continuación Putin regresó a Moscú para dar comienzo a la «operación militar limitada» en Ucrania tan solo unos días después, concretamente el 24 de febrero. No es necesario ser un reconocido geoestratega para establecer una evidente relación causa- efecto entre ambos acontecimientos, bastando con tan solo leer la nota oficial y las declaraciones efectuadas por ambos dignatarios, previas a la inmediata invasión de Ucrania. Ese «nuevo orden multipolar» se concentra cuando menos en cinco nuevos «polos» conocidos por sus iniciales en el acrónimo BRICS, es decir, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. La República Islámica de Irán se encuentra en la lista de espera para incorporarse a esa Asociación política y económica, y como vemos también es protagonista del otro conflicto bélico. Y basta un «error humano» para desencadenar una catástrofe mundial.
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