Durante una cruzada evangelística realizada en Bolivia, se reportó que aproximadamente 8,000 personas decidieron aceptar a Jesús como su Salvador.
El evento, que reunió a una multitud, fue marcado por momentos de oración, alabanza y predicación del Evangelio. Según los organizadores, la respuesta de la población fue impactante, mostrando apertura al mensaje cristiano y deseo de transformación espiritual.
En el transcurso de la cruzada, se compartieron testimonios de fe y se enfatizó la importancia de la reconciliación con Dios a través de Jesucristo. “Aquel que cree en mi aunque esté muerto vivirá”, fue una de las citas bíblicas destacadas durante la predicación, subrayando la esperanza de vida eterna ofrecida por el Evangelio.
Los líderes del evento resaltaron que la labor evangelística no termina con la cruzada, sino que continúa con el acompañamiento y discipulado de los nuevos convertidos. Se organizaron equipos locales para dar seguimiento a quienes manifestaron su decisión, con el objetivo de integrarlos a comunidades cristianas y fortalecer su fe.
La noticia del gran número de conversiones fue celebrada por iglesias y ministerios de diferentes países, quienes reconocieron la obra de Dios en Bolivia y alentaron a seguir orando por el crecimiento espiritual de la nación. El impacto del evento fue compartido ampliamente en redes sociales, inspirando a otros a comprometerse con la misión de proclamar el Evangelio.
Desde la perspectiva protestante, estos frutos son motivo de gratitud a Dios, recordando las palabras de Jesús: “Ir por todo el mundo y predicad el Evangelio” (Marcos 16:15).
La fe reformada enseña que la salvación es por gracia mediante la fe en Cristo, y que el Espíritu Santo es quien convence y transforma los corazones.
La labor evangelística debe ir acompañada de enseñanza bíblica y discipulado, siguiendo el mandato de hacer discípulos y no solo conversos (Mateo 28:19-20). Es fundamental que los nuevos creyentes sean instruidos en la Palabra y animados a vivir una vida conforme al Evangelio.
Estos movimientos de conversión masiva nos animan a perseverar en la oración y el testimonio, confiando en que Dios sigue obrando poderosamente en las naciones. Como iglesia, el llamado es a proclamar a Cristo con fidelidad, sabiendo que “El Señor añadió a la iglesia los que iban siendo salvos” (Hechos 2:47).
Esta cruzada en Bolivia es un recordatorio de la urgencia y el privilegio de anunciar el Evangelio, confiando en la soberanía y el poder de Dios para salvar y transformar vidas para su gloria.
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