
Los medios de comunicación institucionales en Israel, en su mayoría hostiles al gobierno derechista de Benjamín Netanyahu, hicieron todo lo posible durante el último fin de semana para minimizar, silenciar, hacer desaparecer o relegar a un rincón esta noticia. Y precisamente eso constituye la prueba más contundente de que se trata de una auténtica bomba informativa.
Un documento emitido por una comisión del Congreso de los Estados Unidos, integrada por miembros de los comités de Justicia y Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, determinó que la administración Biden financió, a través de entidades intermediarias, a organizaciones israelíes que actuaron para frustrar la reforma judicial, encabezaron la oposición a la política gubernamental e intentaron derrocar al gobierno mediante diversos métodos ilegítimos, incluyendo llamados a paralizar el país y promover la insubordinación dentro de las Fuerzas de Defensa de Israel.
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