Joven es hostigado y expulsado de su colegio por compartir su fe en Jesús con otros

Study authors found that, on average, demographically similar September-born children performed better than younger August-born students, all through their academic careers.

Alim, un adolescente cristiano de 16 años, fue expulsado de su escuela internado en un país de Asia Central por hablar de Jesús a sus compañeros musulmanes.​ Según relata Open Doors, era el único alumno cristiano y rápidamente fue interrogado por su fe, oportunidad que aprovechó para evangelizar a quienes le preguntaban.​

“Me gusta compartir el Evangelio con las personas, ellas necesitan de Dios, así que hablé de Jesús”, afirmó Alim sobre su testimonio en el colegio.​

Un día, la dirección de la escuela se enteró de sus conversaciones y el director lo confrontó con agresividad, registrando su mochila y cuestionando su intención evangelizadora. El director ordenó que fuera vigilado y prohibió que mantuviera contacto con su familia, mientras algunos profesores le asignaban tareas extra para cansarlo y hacerlo fallar.​

“Me sentía vigilado, solo y sin poder comunicarme con mis padres”, narró Alim, quien aun así siguió tratando de dar lo mejor de sí en el colegio.​

Algunos docentes, en secreto, también se interesaban por su fe y le cuestionaban sobre su Dios, buscando consejo para sus problemas personales.​ Finalmente, el director llamó a los padres y admitió que Alim era “un líder fuerte y capaz de convencer a cualquiera”, por lo que decidió expulsarlo.​

“La denuncia contra tu hijo es que está rechazando la verdadera fe y ha influenciado tanto alumnos como profesores. Si hablara más con él, yo también creería”, expresó el director.​

La familia, aunque dolida por la persecución, se sintió animada al descubrir la convicción y liderazgo de Alim, pues gracias a él, incluso sus padres llegaron a conocer a Jesús.​

“Alim siempre fue calmado, pero nunca pensamos que era un líder tan fuerte. Ya sufrimos mucha presión, pero es la primera vez que uno de nuestros hijos enfrenta solo tanta persecución”, compartió su madre, Madina.​

La discriminación tuvo impacto en la salud mental del joven, que llegó a perder cabello y sufrir intensos dolores de cabeza debido al estrés.​

Actualmente, Alim estudia en otra escuela y sigue firme en la fe, aunque más reservado. Asegura que no puede dejar de hablar de Cristo, a pesar de las consecuencias.​

Reconoce que la enseñanza en el nuevo colegio es buena, aunque no cuenta con algunas materias que deseaba, pero afirma: “Sé que Dios me está guiando”.​

Open Doors solicitó oración por Alim y por otros estudiantes cristianos perseguidos, especialmente para fortalecer su salud emocional y su testimonio.​

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