Con infusiones de eucalipto, manzanilla y matico se propone Bolivia combatir la pandemia del COVID-19, mientras retrasa la compra de vacunas para inmunizar a la población
La ciencia va por un lado y Bolivia va por otro. Solo de esa manera se explica que el gobierno socialista de Luis Arce haya optado por encontrar en las hierbas de la madre tierra los anticuerpos para combatir el coronavirus a partir de este 1 de diciembre.
El eucalipto, manzanilla y matico son las «medicinas» recomendadas por el gobierno boliviano para combatir la enfermedad que ya suma 145.000 contagiados y 9000 fallecidos en el país desde el inicio de la pandemia, afirma el Ministerio de Salud a través de Twitter.
Para el vocero de Arce, la medicina tradicional tiene un «efecto de acción muy importante en el tema del enfrentamiento contra el COVID-19 en el país», por ello, impulsará su práctica mediante un decreto supremo que contiene nuevas medidas preventivas para evitar el aumento de los casos, divulga la cadena alema de noticias Deutsche Welle (DW).
Desde una conferencia de prensa en La Paz, el ministro de Salud boliviano, Édgar Pozo, afirmó que el decreto impondrá las nuevas disposiciones de bioseguridad donde «se promocionará e incentivará la práctica de la medicina tradicional y medicina alternativa para la prevención, contención, tratamiento y rehabilitación del COVID-19».
Ahora se enfocarán “en impulsar la producción y la comercialización de productos naturales en las calles del país a basa de plantas medicinales utilizadas por médicos ancestrales para hacer infusiones o vaporizaciones desinfectantes”.
Así se proponen a sobrellevar la enfermedad durante Navidad, pues la iniciativa entrará en vigor desde el 1 de diciembre hasta el 15 de enero de 2021. El único protocolo anunciado es la coordinación con autoridades locales para controlar la calidad y costo en la venta de medicinas en las farmacias.
Se posterga inmunización
El uso de las hierbas relaja al gobierno de Arce. Hasta ahora el gabinete no ha informado su preferencia por algunas de las vacunas proyectadas en el mercado para inmunizar a la población.
Con la excusa de que evitan “hacer ningún acercamiento definitivo ni firmar contratos, porque se están terminando de hacer las evaluaciones y pruebas” el ministro Pozo niega que estén rezagados en el proceso de adquisición de dosis, apunta en su canal web.
Aunque subraya que no están “fuera de tiempo” para negociar los tres millones de vacunas que requieren, La Discusión asegura que Bolivia postergará para el primer trimestre de 2021 la inmunización de la población tras calcular una segunda ola entre marzo y abril.
Doble discurso
“Se realizan gestiones ante la comunidad internacional para adquirir vacunas eficaces y seguras para la población boliviana”, sin ofrecer más detalles indicó el ministro de salud según La Discusión
Pese a que “existe temor de que una segunda ola llegue al país, tras un grave pico entre julio y agosto que saturó los sistemas de salud y funerario” el actual presidente izquierdista Luis Arce ha declarado que “el riesgo de contagio de COVID-19 aún es latente”, sostiene el medio.
Los datos de France 24 confirman que “en Latinoamérica, Bolivia ocupa el segundo lugar con el mayor número de muertes por habitantes. El país reporta 70 fallecidos por cada 100.000 habitantes”.
La situación se atribuye al ingreso de vuelos aéreos, la movilidad mediante el transporte público y la actividad de la banca privada, negocios de comida y del comercio.
Más números revelan que el escenario luce con pronóstico reservado. Datos Macro considera que Bolivia, con una población de 11 millones de personas, registra 1.270,8 contagiados por cada 100.000 habitantes. Esto convierte a Bolivia en un país con una “alta tasa de confirmados de coronavirus”.
El legado de Evo Morales
Luis Arce es un delfín político de Evo Morales. Además de compartir militancia en el Movimiento Al Socialismo (MAS), ambos ahora coinciden en la defensa de la medicina tradicional.
Dos años atrás era Morales quien vociferaba que “está demostradísimo que la hoja de coca es alimento, es medicina». La controversia por sus dichos escaló cuando sostuvo que “la hoja de coca para los ‘gringos’ era veneno, aunque en algunos tiempos usaron la hoja de coca también para saquear recursos naturales», destaca Cooperativa.
Dos veces al día confesó el exmandatario que consumía tres cucharadas de harina de hoja de coca mezcladas con miel para “estar bien de salud». Esta práctica está permitida por la Constitución vigente en el país desde 2009, pero «una parte de los cultivos es desviada al narcotráfico para fabricar cocaína», subraya el medio.
En 2013, Bolivia volvió a adherirse a la Convención Única de Estupefacientes de 1961 de Naciones Unidas, sin renunciar al masticado y al uso tradicional de las hojas de coca en su territorio.
Pero la convención antidroga establece que “la coca es un estupefaciente con alcaloides que pueden transformarse en cocaína y por eso mantiene vetada su exportación” y, aunque aceptó que se respete la tradición de masticar la planta en Bolivia, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito presentó un informe donde la acusa de incrementar el cultivo de 12000 a 23000 hectáreas, reseña Cooperativa.
Con información de PanamPost
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