Una mirada a algunas aristas polémicas de las órdenes ejecutivas de Biden

Igualdad de género, racismo sistémico, términos presentes en las disposiciones presidenciales, es visto por analistas como un desplazamiento de Biden del centro a la izquierda

Por: Cesár Menéndez / Diario Las Americas

El presidente Joe Biden, en apenas dos semanas, logra establecer un récord. Es el mandatario estadounidense que más órdenes ejecutivas ha firmado en los primeros cien días. Hasta el cierre de esta edición, llevaba la friolera de 33 mandatos ejecutivos, con los cuales ha comenzado a cumplir los compromisos adquiridos durante su fácil carrera a la Casa Blanca. Como se dice en derecho, pacta sunt servanda.

El presidente demócrata, además de intentar borrar de manera expedita el legado del expresidente Donald Trump, ha querido comenzar a marcar su propio camino, poniendo el acento en cinco temas fundamentales: medioambiente, igualdad, economía, coronavirus e inmigración

En orden de arrojar algo de luz o simplemente verter algunos puntos de vista acerca de la implicación de las órdenes sobre la igualdad en nuestra comunidad, DIARIO LAS AMÉRICAS conversó con Fernando Godo, analista político, historiador y director de la revista 1%, y con el comisionado condal y exsenador estatal René García.

Política de Género

La orden ejecutiva, que pretende prevenir y combatir la discriminación por motivos de identidad de género, sostiene en su primera sección: “Los niños deben poder aprender sin preocuparse si se le negará el acceso al baño, al vestuario o a los deportes escolares”. Una afirmación que al leerla crea más dudas que certezas.

Según el senador García, este es un viejo debate que se ha llevado tanto a Tallahassee, como al Condado. “La identidad sexual es algo individual. Debe tratarse en casa entre padres e hijos. No creo que el gobierno deba estar impulsando algo tan personal”.

El comisionado aboga por el respeto a la igualdad de derechos, “algo que no se cumple, cuando el derecho de unos interfiere con el derecho de otros”.

“Un conflicto que puede surgir, si un presidente aborda con ligereza el viejo tema sobre el acceso a los baños. ¿Por qué permitir que un señor, que hoy se siente una mujer, pueda entrar al baño de mi hija? Y encima sostenga que tiene derecho”, sostuvo García.

“Tenemos que ser cuidadosos al hacer estos decretos en nombre de la igualdad, cuando realmente la mujer y el hombre, desde el punto de vista sexual, no somos iguales”, continuó.

El comisionado apuntó que estas disposiciones de Biden pueden tener implicaciones negativas, ya que “desgraciadamente, vivimos en un mundo demasiado peligroso y, aunque el ordenamiento persiga un propósito noble, puede servir de excusa para que personas no bien intencionadas se aprovechen del mismo”.

“Es nuestro deber proteger a la comunidad transgénero, sin olvidar al resto de la comunidad, pero la solución no puede llegar a través de una orden presidencial”, sugirió.

Sobre este tema, Godo sostuvo que “está escrito en la Constitución que no se pueda discriminar a nadie por su orientación sexual. Existen leyes que protegen a las personas de la discriminación”.

Sin embargo, subrayó que “se utiliza la pantalla de la protección de los niños, que pudieran ser homosexuales, para implementar el adoctrinamiento en edades tempranas y se vea algo común que las personas cambien su sexualidad. El objetivo, al parecer, es destruir la familia tradicional, el núcleo familiar de hombre y mujer.”

Comisión 1776

El mismo 20 de enero el presiente Biden firmó otra orden cuyo propósito es impulsar la igualdad racial, a través de “mecanismos para evaluar la equidad entre las razas” y “levantar barreras para favorecer a las comunidades deprimidas”. La realidad es que, entre otras medidas mencionadas en su texto, la orden anuló la Comisión 1776, implementada por la anterior administración en contraposición al Proyecto 1619 que pretendía replantear la historia de EEUU, enfocándose en las consecuencias de la esclavitud. Incluso su nombre se debe a la fecha en que arribó, desde África, el primer barco cargado de esclavos a la colonia de Virginia, en el este de EEUU.

La preocupación de nuestros entrevistados es por lo que ellos consideran un uso partidista de la historia.

El exsenador estatal García indicó que el presidente Biden no está gobernando desde el centro, como prometió. “La Comisión 1776 pretendía apoyar estudios cívicos y educar en los valores de este gran país”.

“Hemos visto cómo muchos profesores liberales utilizan la narrativa, según la cual, las personas blancas son enemigos de este país, de las minorías de hispanos y negros. La comisión 1776, derogada por la nueva disposición, trataba de balancear la educación y traer otros puntos de vista más edificantes al sistema escolar. La educación cívica buscaba cambiar ese mensaje distorsionado sobre las personas blancas”.

Según Godo, quien ha realizado una investigación sobre los textos escolares inspirados por el Proyecto 1619, la historia del racismo en EEUU se ha tergiversado con propósitos políticos. “Lo que se enseña en las escuelas es una manipulación del tema racial para ocultar la postura racista del partido demócrata desde la abolición de la esclavitud, por más de 100 años”.

“Manipulan la creación del Ku Klux Klan (KKK), los linchamientos a los negros en el sur y las leyes de Jim Crow, que legalizaron la segregación racial”.

Godo considera una omisión importante que se oculte que el KKK fue fundado y refundado por el partido demócrata, en 1865 y 1915.

“La Asociación Nacional de la Raza tiene documentados más de 3.000 linchamientos. Sin embargo, el partido demócrata nunca ha pedido perdón públicamente por lo que ha hecho. Toda esta etapa de sufrimiento se presenta en las escuelas como un hecho no concerniente al partido demócrata”, subrayó Godo.

Y continuó: “Todos esos horrores duraron hasta la lucha por los Derechos Civiles, librada por Martin Luther King. Incluso, 100 años antes de la gesta de Luther King, el Congreso había aprobado una ley de Derechos Civiles que otorgaba todos los derechos a los afroestadounidenses. Sin embargo, como los estados tenían sus propias leyes, ningún estado del Sur, en su mayoría gobernados por demócratas, la implementó”.

Otra gran omisión, según Godo, “es el relato de cómo se aprobó la ley de los Derechos Civiles, durante la presidencia de Lyndon Johnson. Aunque los demócratas tenían mayoría en el Congreso, después de grandes negociaciones y maniobras dilatorias, lograron que el 61% de los representantes demócratas del Senado votara a favor, junto al 80% de los republicanos. Si los republicanos hubieran votado en la misma proporción que los demócratas, esa ley no hubiera sido aprobada en esa ocasión”.

“La implicación directa de la reciente orden ejecutiva de Biden es que nada de esto se impartirá en las escuelas y se continuará enseñando una historia sesgada, de la cual saca provecho el partido demócrata”, concluyó.

Lo que no se puede negar es que, en algún momento de la historia reciente, la igualdad racial comenzó a ser parte fundamental en la ideología demócrata y Biden lo ha convertido en un objetivo básico en su agenda.

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