A partir de la medianoche del lunes, Israel eliminó el requisito en su mayor parte de usar máscaras faciales en interiores. El anuncio del Ministerio de Salud de Israel puso fin a una de las últimas restricciones importantes de COVID-19 aún en vigor en Israel, ya que los casos diarios en Israel son casi cero.
Las cubiertas faciales seguirán siendo obligatorias para quienes no estén vacunados y trabajen en instituciones de asistencia social, centros de cuidados a largo plazo o residencias de ancianos, así como para las personas que van a estar en cuarentena y los pasajeros en aviones. Las escuelas no se mencionaron en el anuncio.
Los israelíes han estado enmascarados en interiores en lugares públicos durante más de un año y al aire libre durante gran parte de ese tiempo (excepto mientras hacen ejercicio) como medida preventiva contra el COVID-19. Aunque las restricciones habían sido extremadamente estrictas con multas por incumplimiento, en la práctica se ha relajado el uso de máscaras durante varios meses.
El domingo, en la Knesset durante la ceremonia de juramentación del nuevo gobierno del primer ministro israelí Naftali Bennett, el ex primer ministro Benjamin Netanyahu fue el único diputado que se puso una máscara.
Israel montó una campaña de vacunación masiva hace seis meses y ha vacunado completamente a más de la mitad de la población. Comenzó a vacunar a niños de 12 a 15 años a principios de este mes.
En el punto álgido de la crisis, Israel tenía unos 8.600 casos nuevos al día. Eso se redujo a solo 19 el domingo. El lunes hubo 212 casos activos con 29 personas en estado grave.
Israel lanzó un programa piloto a fines de mayo para abrirse al turismo en el país, permitiendo solo turistas vacunados en 20 grupos de hasta 20 visitantes. Hasta ahora, eso ha tenido éxito, e Israel permitirá ahora otros 1.000 turistas en grupos hasta finales de junio. Después de que Israel haya anunciado que se abrirá a turistas individuales vacunados.
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