Apropiarse de algo significa tomar posesión.
Algo es nuestro cuando tenemos la potestad y el dominio.
Quiero invitarle hoy para que se apropie de la Palabra de Dios.
Miles de millones de personas en todo el mundo dicen creer en Dios, pero no están apropiados de esa fe, usan solo palabras o frases para expresar que forman parte de una tradición en particular. ¡Pero creer realmente sólo ocurre cuando se toma posesión de lo que se cree!.
Invitar a Jesús para que Él sea el centro de nuestra vida, nuestro Señor, tomando la decisión de dejar atrás la vida de pecado es el primer paso; una vez que lo hayas hecho debes tomar la autoridad de la Biblia.
En la carta del apóstol Santiago, capítulo 1, verso 22 dice “No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica”. (NVI)
La Biblia es la Palabra de Dios, ésta tiene el poder para edificar y transformar la vida de las personas, pero la palabra de Dios nunca cambiará una vida hasta que la persona se apropie de ella. Esto es… abrazar cada enseñanza, cada promesa, meditar en cada verso, cada historia, esto será lo que inicie el proceso de transformación porque así la llevarás a la práctica”.
Al tomar posesión “nos vestimos” de eso que nos pertenece, es como si tuviéramos un traje nuevo que nos colocamos para lucirlo; cuando lo hacemos nos podremos mirar al espejo y veremos una nueva persona vestida de una manera muy especial, la cual será apreciada por los demás; porque la palabra de Dios ha sido aplicada en esa vida. Es en esa acción de posesión de apropiación que la Biblia se hace dinámica.
Al apropiarse de la Palabra de Dios tu nombre comienza a aparecer como escrito en ella.
Es cuestión de fe, de creer. Así por ejemplo puedes incluir tu nombre en versículos como: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que a (TU NOMBRE) le falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:19).
O también, “Yo, (TU NOMBRE) todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Y ¿qué tal este? “Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque yo, (TU NOMBRE) en ti he puesto mi confianza”. (Salmos 143:8) (NVI)
Ver tu nombre en las escrituras fortalecerá tu fe, te dará nuevas fuerzas; y todo esto porque te has apropiado de ellas, las has convertido de parte integral de tu vida.
Dios en ti y tú en Dios. ¡Esa este es una decisión clave para tu vida!.
Oremos “Amado Padre celestial, he puesto mi confianza en ti, creo que Jesús es mi Señor y creo que Tu Palabra es la verdad para mi vida. Me apropio de cada promesa y de cada revelación que está contenida en la Biblia, porque decido llevar a la práctica todo lo que me pides en ella, lo creo y declaro en el Nombre de Jesús, Amén”
Versículo: “No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica”. Santiago 1:22 (NVI)
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