¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?

“Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.


Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?” Marcos 4:34-4.


Temor es miedo que se siente al considerar que algo perjudicial o negativo puede ocurrir
Todos los seres humanos sentimos temor, todos tenemos un instinto de conservación dada por Dios que es útil en situaciones de peligro más cuando conocemos alguna persona que diga no tener temor alguno, pensamos que algo no le está funcionando bien, o pueda que este con un problema psiquiátrico.


El temor no es malo en sí mismo, pero puede llegar a serlo si reaccionamos de una manera incorrecta ante determinada situación. Hay personas que se paralizan frente al temor, hay otros, que por miedo hacen cosas que no deberían hacer, incluso hay muchos creyentes que frente a una situación peligrosa llegan a perder la fe, como también otros llegan al borde de la incredulidad.
En este mundo caído amenazado y dañado por el pecado son muchas las cosas que van amenazar nuestra vida.

El relato que nos ofrece el Evangelio de Marcos, es una muestra para que nosotros podamos aprender de una manera correcta de cómo debemos de reaccionar hacia Jesús frente a cualquier situación peligro o aflicción. que nos cause temor.


¿Cuál fue la reacción de los discípulos, al encontrarse en medio de una mega tormenta?
El texto dice que perdieron la fe, porque se sintieron sobrepasados pensando que aun con su destreza y pericia como navegantes, ante esta mega tormenta, ninguno de ellos iba a salir con vida.
El pánico de los discípulos era injustificado, pues se olvidaron que el creador del cielo y la tierra estaba con ellos en la barca, aunque dentro de su naturaleza humana estuviese dormido
Y Jesús les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?.


En medio de los vientos tempestuosos que han azotado su vida, ¿Se ha sentido usted sobrepasado, que perdió la capacidad de resolver la situación, que llego a su límite y pareciera que al Señor yo no le intereso?.


Los discípulos Habían visto los milagros que había realizado Jesús tenían información suficiente, pero en el momento de la prueba no pasaron el examen, dejaron que el miedo los controlara y terminaron dominados por el pánico perdiendo la fe.


Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?.


Este que el viento y el mar le obedecen, es la persona de nuestro Señor Jesucristo, Búsquele con fe, Él le librara de todos sus temores y angustias. “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.”

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