En un sorprendente acontecimiento, el máximo líder de Hamás y el hombre que muchos consideran el segundo líder de Hezbolá fueron asesinados con pocas horas de diferencia.
Muchos creen que los asesinatos marcan un punto de inflexión en la guerra entre Israel y sus enemigos del Medio Oriente.
Los medios iraníes anunciaron el miércoles que el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, fue asesinado en Teherán después de asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán.
Los informes indican que murió en un ataque aéreo en el lugar donde se encontraba.
Israel no ha hecho comentarios sobre los informes, pero el Primer Ministro Benjamin Netanyahu declaró después de la masacre de Hamas del 7 de octubre que los líderes de Hamas eran «hombres muertos caminando».
Haniyeh fue visto celebrando los acontecimientos del 7 de octubre junto con otros líderes de Hamas y había estado viviendo en Qatar.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, amenazó: «Es nuestro deber tomar venganza y castigar severamente a la entidad sionista por el asesinato en Irán, porque el asesinato se llevó a cabo en nuestro suelo».
Estados Unidos había calificado a Haniyeh de terrorista global especialmente designado, y él también mantenía estrechas relaciones con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní publicó un comunicado que decía: «El martirio de Haniyeh en Teherán fortalecerá el vínculo profundo e inquebrantable entre Teherán, Palestina y la resistencia».
Anteriormente, las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron que habían eliminado a Fuad Shukur, uno de los principales líderes de Hezbolá en Beirut.
El portavoz principal de las FDI, el contralmirante Daniel Hagari, señaló: «Fouad Shukur fue el comandante responsable de la masacre de Majdal Shams, en la que 12 niños fueron asesinados después de que Hezbolá disparara un cohete iraní Falaq-1 directamente a un campo de fútbol en el norte de Israel el sábado por la noche. Era un terrorista de alto rango que tiene la sangre de los israelíes y de muchos otros en sus manos».
Shukur también participó en el atentado con bomba en Beirut en 1983, en el cuartel de la embajada que mató a 241 marines estadounidenses.
Jonathan Conricus, de la Fundación para la Defensa de las Democracias, dijo a CBN News: “Mi valoración es que Hezbolá responderá a esto. Y luego las FDI ya tienen otros objetivos preparados”.
Conricus cree que los próximos pasos son cruciales. “Creo que ahora deberíamos mirar hacia adelante para ver qué tipo de respuesta dará Hezbolá. ¿Dónde dispararán? ¿Qué tipo de armas utilizarán? Y luego, por supuesto, la segunda, tercera, cuarta y quinta capa de respuestas que las FDI tienen preparadas para la respuesta de Hezbolá”.
El ataque se produjo después de que Hezbolá matara a 12 niños en un pueblo druso en la frontera libanesa. Conricus sostiene que es importante recordar que Irán es el poder detrás del grupo terrorista.
“Mientras Israel no presente una estrategia y comience a exigir un precio al régimen iraní por matar judíos en Medio Oriente, en Israel, entonces no creo que la situación cambie, porque todo lo que vemos que está sucediendo desde el 7 de octubre –y muchos años antes de eso, pero en gran medida después del 7 de octubre– todo eso está relacionado con Irán”, dijo.
Conricus dice que es difícil predecir si esto puede conducir a una guerra a gran escala.
“Siempre hay algo desconocido, cosas que pueden pasar. Y luego el enemigo hace cosas. Responderemos y podemos encontrarnos en territorio desconocido, lo cual no era parte de la estrategia”, afirmó.
Conricus añadió: «Pero si prevalecen las mentes más frías y si se persiguen los objetivos estratégicos, entonces no creo que Israel y Hezbolá vayan a una guerra importante. Espero que no, porque no estoy seguro de que las condiciones actuales sean favorables para Israel, y creo que Israel debería centrarse en la fuente de inestabilidad en Oriente Medio y no tratar con los mensajeros de Irán, Hezbolá, Hamás y exigirles responsabilidades, sino exigir realmente a los iraníes».
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