
Un cristiano llamado Anis fue asesinado por extremistas islámicos en Yemen, justo después de realizar actividades de evangelización con su compañera Zahra.
Anis había estado recibiendo amenazas antes de su muerte, y la última advertencia que recibió lo hizo sentir que su vida estaba en peligro inminente. Su hijo y Zahra, un líder local fueron testigos del horror de la situación, lo que dejó a la familia ya la comunidad en estado de shock. Zahra recordó cómo Anis le había pedido que cuidara de su familia en caso de que algo le sucediera.
La comunidad cristiana se unió para orar por Anis y su familia, encontrando consuelo en la fe durante este trágico evento. La persecución de los cristianos en Yemen ha aumentado, y muchos han sido asesinados por su fe. A pesar del riesgo, algunos siguen buscando a Cristo y compartiendo el mensaje del Evangelio.
“Lo mataron por ser cristiano. Él me pidió que cuidara de su familia, pero en ese momento no podía ayudarlos. Necesitaba cuidarme a mí mismo primero. Necesitaba a Dios más que nunca”, explicó el líder entre lágrimas.
Zahra visitó a la familia de Anis para ofrecer apoyo y oración tras su asesinato por extremistas islámicos. Rania, la viuda, se encontraba devastada y Zahra sintió la necesidad de hablarle de Jesús, creyendo que solo Él podía ayudarla. A pesar de ser consciente del riesgo que corría, Zahra se mantiene firme en su fe, reconociendo las pruebas que enfrenta por vivir en un entorno hostil.
Yemen es un país donde ser cristiano es extremadamente peligroso, con la mayoría de los yemeníes considerados musulmanes por el Estado. Abandonar el Islam está prohibido y se castiga severamente, lo que obliga a los cristianos a mantener su fe en secreto para evitar la persecución. La situación es crítica, ya que tanto las autoridades como grupos extremistas actúan con violencia contra los creyentes.
La persecución ha aumentado en Yemen, especialmente con el crecimiento del poder de los hutíes. Esto ha llevado a un incremento en las amenazas y ataques contra los cristianos, quienes enfrentan arrestos, torturas y asesinatos por practicar su fe. La comunidad cristiana vive bajo un constante temor y vigilancia, lo que limita su capacidad para reunirse y compartir su fe abiertamente.
A pesar de estos desafíos, hay un creciente interés por el cristianismo entre los yemeníes desilusionados con el Islam. Muchos están descubriendo a Cristo a través de conversaciones en línea con cristianos clandestinos. Sin embargo, las mujeres que deciden seguir a Cristo enfrentan riesgos adicionales, como el aislamiento social y la violencia familiar.
La historia de Anis resalta los peligros que enfrentan los cristianos en el país, donde la libertad religiosa es prácticamente inexistente. Convertirse al cristianismo es considerado un crimen grave, y aquellos que lo hacen enfrentar severas consecuencias. A pesar de las adversidades, la fe sigue siendo un refugio para muchos en Yemen.
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